La mayoría de los estadounidenses apoyan el comercio internacional y rechazan los aranceles si significan aumentos de precios
Una reciente encuesta del Cato Institute arroja luz sobre la opinión de los americanos sobre el intercambio con otros países, que el 47% piensa está amañado para perjudicar a Estados Unidos.
El comercio internacional tiene buena fama en Estados Unidos. El 66% de los americanos opina que es bueno para la economía nacional, mientras que el 58% piensa que ayudó a mejorar su propio nivel de vida.
Así lo reveló una reciente encuesta del Cato Institute, encargada a YouGov. La opinión de los americanos sobre el comercio revelada en la encuesta se da a conocer cuando la campaña presidencial entra de lleno en el terreno económico, después de que Harris presentara un controvertido plan anti inflación y de que replicara la promesa de Trump de quitar impuestos a las propinas.
Si las ideas económicas pueden generar adhesiones políticas -eso esperan desde ambas campañas-, la encuesta revela que lo contrario también es cierto: una hipotética imposición de tarifas por una segunda presidencia de Trump sería repudiada por un 65% de los demócratas, mientras que la apoyarían en un 57% si fuese una política de Biden. Los republicanos también respaldan la política en mayor o menor medida dependiendo de qué partido ocupe el Salón Oval, aunque la brecha es menos amplia.
¿A favor de las tarifas?
El 64% de los estadounidenses cree que el comercio aumentó la variedad de productos en las góndolas, mientras que un porcentaje menor, un 44%, opinió que sirvió para impulsar la innovación tecnológica.
Sin embargo, un 80% piensa que el comercio internacional perjudicó a la industria manufacturera nacional. Un 59% piensa que China se está aprovechando de Estados Unidos mediante prácticas comerciales desleales (un 47% piensa que Norteamérica ha sido engañado, en general).
Aquella es probablemente una de las razones por las que los americanos apoyan algunos aranceles, explican desde el Instituto Cato. Aunque señalan que este apoyo disminuye cuando se menciona que subirían los precios. Por ejemplo, mientras que un 62% estaría dispuesto a imponer aranceles a unos pantalones para impulsar la industria nacional, el porcentaje baja al 58% si se les dice que el precio del producto importado subiría $5, al 34% si aumentase $10 y al 13% si $50.
En total, el 75% de los americanos están preocupados porque las tarifas eleven los precios de los productos en las góndolas.
¿Y reducir las tarifas? La mayoría, un 62%, piensa que sólo deberían disminuirse si el otro país hace lo mismo. Un 15% se ubica en la acera opuesta: no deberían reducirse bajo ningún concepto.
Compre americano… pero, ¿a qué costo?
Mientras que la mayoría (55%) piensa que el "hecho en Estados Unidos" es una garantía y en igualdad de precios prefiere productos estadounidenses, esta ventaja desaparece si el producto extranjero es más barato. "7 de cada 10 estadounidenses no pagarían ni 10 dólares más por una sartén fabricada en EEUU", nombran en Cato como ejemplo.
La mayoría (58%) también preferiría que empresas estadounidenses fabriquen todo lo necesario para el país. Y las empresas deben ser competitivas, afirma también la mayor parte de la población (61%), "sin ayudas del gobierno ni subvenciones de los contribuyentes".
El peso desmedido de China
El 81% de los estadounidenses sobrevaloró el peso de China en el total de importaciones, con un 22% incluso diciendo que representaba más del 75% del total. Como explica Cato, el porcentaje real ronda el 15%.
El 55% también piensa que el intercambio de productos entre China y Estados Unidos incrementa la paz y la estabilidad.
¿Importan las importaciones al votante?
La principal preocupación de los votantes es la inflación. Un 40% la señaló como una de sus tres prioridades. En tercer lugar se ubican el empleo y la economía, con un 28%, y recién en último y décimo lugar la globalización y las tarifas, con un escaso 1%.
"Es poco probable que las cuestiones comerciales determinen su voto presidencial", señalan por tanto desde el instituto. Sin embargo, apuntan también que "no cabe duda" de que las políticas comerciales importan a los votantes por su impacto en los precios, la empleabilidad y el bienestar de las empresas. Los equipos de campaña estarán prestando atención.