¿Engaño masivo en Canadá? No encuentran restos humanos en las supuestas fosas comunes del internado indio de Pine Creek

Las denuncias sobre la existencia de miles de menores de edad indios enterrados bajo los internados católicos suscitó una ola de violencia contra los cristianos.

Dos años después de que saltaran las alarmas en Canadá por el hallazgo de supuestas tumbas de niños indígenas en los terrenos de un antiguo internado católico, la investigación declara que no se han encontrado restos humanos en las supuestas fosas comunes denunciadas.

Una serie de casos expuestos en 2021 abrió una herida del pasado para la sociedad canadiense y alentó protestas y destrozos contra el patrimonio histórico y católico del país. Los resultados de la investigación arqueológica en uno de los sitios demuestran ahora que todo podría ser un engaño.

No hay cuerpos en Pine Creek

En mayo de 2022, se localizaron una serie de anomalías en el subsuelo de la iglesia católica de Nuestra Señora de los Siete Dolores, cerca del internado para niños indígenas de Pine Creek. Con la ayuda de una exploración por radar de penetración en el suelo contratada con la empresa AltoMaxx, la nación Minegoziibe Anishinabe, antes conocida como Pine Creek, llegó a sostener que había hasta 71 anomalías bajo los terrenos del internado para indígenas.

Durante cuatro semanas de este verano, miembros de la nación indígena llevaron a cabo las excavaciones en búsqueda de los restos, aunque sin éxito. La nación y sus expertos excavaron en 14 lugares distintos.

Fue el jefe de la nación india, Derek Nepinak, quien anunció los resultados de la investigación a la prensa canadiense. Pese al desenlace de la excavación, el jefe indio valora que este final no resta "nada a las difíciles verdades vividas por nuestras familias que asistieron al internado de Pine Creek". Nepinak se refirió a las historias de maltratos en los internados que denuncian aquellas personas vivas que pasaron por estos centros docentes propiedad del Estado canadiense y comúnmente gestionados por la Iglesia Católica.

Ante la ausencia de pruebas de restos humanos en los terrenos de la escuela, el New York Post consultó a Jacques Rouillard, profesor emérito del Departamento de Historia de la Universidad de Montreal.  "No me gusta utilizar la palabra engaño porque es demasiado fuerte, pero circulan demasiadas falsedades sobre este asunto sin pruebas", aseveró el profesor en sus declaraciones.

Acusaciones sin pruebas

Las acusaciones de las que habla Rouillard son las que propiciaron en 2021 una ola de ataques y de polémicas contra el Gobierno canadiense y contra la propia Iglesia Católica y sus creyentes. Entonces, los jefes de la nación indígena Tk’emlúps te Secwépemc aseguraron que los cadáveres de 215 menores de edad se encontraban bajo tierra en los terrenos cercanos al internado indio de Kamloops, Columbia Británica. Las técnicas utilizadas para hacer tal declaración fueron las mismas que se usaron en Pine Creek, con un radar de penetración terrestre.

Rouillard firmó en 2022 un artículo en la revista especializada Dorchester Review en el que recordó el peligro de dar por buenas las declaraciones sin esperar los resultados de las excavaciones. "Al no señalar nunca que se trata sólo de una cuestión de especulación o potencial, y que aún no se han encontrado restos, los gobiernos y los medios de comunicación no hacen más que dar credibilidad a lo que de hecho es una tesis: la tesis de la 'desaparición' de los niños de los internados", escribió.

Sin embargo, las excavaciones en Kamloops aún no han comenzado, aunque los jefes de la nación india anunciasen que lo harían pronto. Por tanto, el supuesto en el que habría restos humanos bajo la escuela de Kamloops no está demostrado. A partir de la denuncia de Kamloops, se hicieron pruebas en varios otros internados indios que llegaron a la conclusión de que cerca de 3.000 cuerpos de menores debían estar bajo el suelo de las escuelas. Sin embargo, desde 2021 tan solo se ha confirmado el hallazgo de dos cadáveres en dos centros distintos. 

Ataques a los católicos

Pese a la falta de confirmación de la existencia de restos humanos, la sociedad canadiense apuntó a la Iglesia Católica. Después de saltar a la luz el caso de Kamloops, al menos 68 templos cristianos sufrieron ataques en todo Canadá. La mayoría de ellos católicos.

Una oleada de ataques vandálicos, impulsados por las esferas de la izquierda, que llegaron incluso a quemar 21 iglesias cristianas en incendios provocados por los alborotadores. Otros 28 templos fueron vandalizados con pintura, destrozos y otro tipo de actos que fueron investigados por la Policía.

El caso de Kamloops suscitó una fuerte respuesta por parte del Gobierno de Justin Trudeau, quien se movilizó a favor de las denuncias, que su Administración dio por inmediato por buenas. Trudeau decretó, en parte a petición de los líderes tribales, que todas las banderas de los edificios federales ondearan a media asta. El Gobierno canadiense y las autoridades provinciales prometieron unos $320 millones para financiar excavaciones.