El padre del teniente Naranjo, el militar venezolano deportado por Biden, rompe el silencio y critica duramente a la Administración demócrata

“Nunca se nos pasó por la cabeza que Estados Unidos, como aliado de la oposición venezolana y de las democracias de todo el mundo (…) hiciera lo que le hizo a mi hijo”.

Pedro Naranjo Machado, un militar venezolano de rango medio que llegó a Estados Unidos en compañía de su padre mientras huía del régimen de Nicolás Maduro, fue deportado hace dos semanas atrás por la Administración Biden hacia Venezuela, en un caso muy cuestionado por los defensores de derechos humanos.

El padre del teniente Naranjo, el general de división Pedro José Naranjo Suárez, quien fue prisionero político en Venezuela durante tres años y medio por supuestamente conspirar contra el régimen de Maduro, rompió el silencio y cuestionó severamente al Gobierno demócrata encabezado por Biden.

“Nunca tuvimos un plan B”, dijo Naranjo a la agencia AP durante una entrevista telefónica desde Houston. “Nunca se nos pasó por la cabeza que Estados Unidos, como aliado de la oposición venezolana y de las democracias de todo el mundo, defensor de los derechos humanos y de la libertad, hiciera lo que le hizo a mi hijo”.

El exgeneral Naranjo fue liberado tras 10 días bajo custodia estadounidense y ahora se encuentra esperado el resultado de su propia solicitud de asilo, que fue negada a su hijo.

Los Naranjo tuvieron un viaje complicado hasta llegar a los Estados Unidos. Primero, huyeron de Venezuela hacia la vecina Colombia, un país presidido por Gustavo Petro, mandatario progresista aliado de Nicolás Maduro que rechazó ayudar a los militares “desertores”.

Entonces, los Naranjo se aventuraron cruzando la inhóspita selva del Darién, un trayecto peligroso utilizado por los venezolanos para llegar ilegalmente a los Estados Unidos. El trayecto fue exitoso tanto para el padre como para el hijo, sin embargo, en términos legales, el teniente terminó siendo deportado sin un motivo claro considerando que el asilo de su padre está encaminado.

La deportación del teniente Naranjo llega en un momento donde Washington está haciendo lo posible y más por mejorar sus relaciones con Caracas tras levantarle parcialmente sanciones económicas al chavismo en noviembre, liberar al principal testaferro de Maduro, Alex Saab, días atrás; y orquestar un supuesto plan migratorio para evitar que los venezolanos crucen en masa por la frontera sur.

De hecho, el teniente, quien se encontraba en un centro de detención para indocumentados en Luisiana, fue deportado a Venezuela en uno de los tantos vuelos de migrantes entre EE. UU. y Venezuela, reinstaurados el pasado mes de octubre.

No obstante, las organizaciones de derechos humanos y voces dentro del Partido Republicano reaccionaron al caso de Naranjo, criticando al sistema migratorio de la Administración Biden por no considerar casos particulares donde los deportados corren serio peligro de vida.

“Es como tomar a un agente de la DEA y enviarlo al Chapo Guzmán”, dijo Ernesto Ackerman, Ciudadanos Venezolanos Americanos Independientes. “No veo ninguna diferencia”.

Ahora Naranjo, según diversos reportes, se encuentra en Ramo Verde, la misma cárcel donde estuvo encarcelado el líder opositor Leopoldo López durante más de tres años.

Ramo Verde es la única cárcel militar en Venezuela, está ubicada en Los Teques, Miranda, cercana a la capital Caracas. Diversos informes señalan que en esta prisión las fuerzas de seguridad del régimen de Maduro llevan adelante torturas y otros crímenes de lesa humanidad.

Las mejorías de las relaciones entre Biden y Maduro, además, surgen en medio de las incipientes negociaciones apoyadas por Estados Unidos entre Maduro y la oposición venezolana sobre las prácticamente nulas garantías para las elecciones presidenciales del próximo año.