Desde una emergencia por la Guerra Civil, la oposición de la Corte Suprema y hasta la creación de la Enmienda 16: la historia del Tax Day y por qué se fijó el 15 de abril

Aunque parezca mentira, el impuesto federal sobre la renta tiene un poco más de cien años en los Estados Unidos y su aparición fue cuanto menos compleja.

Año tras año, el 15 de abril, día feliz para el Gobierno Federal y triste para los contribuyentes, es el último día que para que los integrantes de este último grupo presenten sus declaraciones impositivas del año anterior, en este caso del 2023. Haciendo honor sus implicaciones, la fecha se bautizó popularmente como Tax Day, o Día de los Impuestos, cuya historia tuvo unas cuantas ideas y vueltas legislativas, intervenciones de la Corte y hasta una nueva enmienda agregada a la Constitución Nacional a comienzos del Siglo XX.

En concreto, el 15 de abril es el día en que se deben presentar las declaraciones de impuestos individuales al Gobierno Federal.

En caso de no pagar los impuestos a tiempo, el Servicio Interno de Impuestos (IRS) le enviará una multa al ciudadano correspondiente del 5 % de lo impago por cada mes o parte de mes en la que la declaración se retrase, aunque nunca superando el 25 % de los impuestos impagos.

La creación del impuesto sobre la renta a nivel nacional

Aunque en el mundo actual resulte moneda corriente en casi todos los países, lo cierto es que el impuesto federal sobre la renta es algo bastante moderno que surgió en un principio para solventar gastos extraordinarios, pero que después se asentó rápidamente en el abanico tributario de los países.

En palabras de Martín Litwak, autor de 'Paraísos Fiscales e Infiernos Tributarios', lo que más le sorprendería a una persona que vivió en el siglo XVII sobre el mundo moderno sería que "los estados quiten compulsivamente a los individuos parte de lo producido".

Estados Unidos se independizó del Reino Unido en 1776, precisamente por una cuestión impositiva, de la mano del famoso lema "No taxation without representation", desde entonces dejando clara cierta hostilidad al fisco. Unos 85 años después, lo mismo que decir 15 presidencias, se creó el primer impuesto sobre la renta a nivel nacional, el cual llegó con la Ley de Ingresos de 1861. Promulgada temporalmente por el presidente Abraham Lincoln, tenía el objetivo de hacer frente a los gastos extraordinarios de la Guerra Civil.

En ese momento, se fijaron únicamente dos categorías impositivas del 3 % y 5 %, que se aplicaban según el nivel de ingresos del contribuyente. El Congreso derogó su creación diez años después debido al fuerte descontento de la población en general, que consideraba el impuesto como expropiatorio, dado que nunca en la historia del país el Gobierno Federal había reclamado parte de sus ingresos.

Capitol Hill retomó su iniciativa en 1894, cuando aprobaron la Ley Arancelaria. Esta legislación disponía gravaba desde el Gobierno las “ganancias, beneficios e ingresos” de contribuyentes y empresas superiores a 4.000 dólares, con una única tasa del 2 %.

Pollock v. Farmers' Loan & Trust Co.

Con intención de cumplir la nueva ley aprobada por el Congreso, Farmers' Loan and Trust Company, una institución financiera de Nueva York con grandes participaciones, anunció a sus accionistas que pagaría el recién creado impuesto y que también le entregaría al fisco un listado de todas las personas para quienes actuaba en capacidad fiduciaria (les administraba dinero o algún bien), y que por supuesto estaban obligados a pagar también.

Esto generó el enojo de Charles Pollock, un contribuyente de Massachusetts que poseía diez acciones de la empresa, quien decidió tomar cartas en el asunto. Demando primero a Farmers' Loan and Trust Company para evitar que pagara el impuesto, pero su petición fue rechazada por los tribunales inferiores. 

Decidido a llegar hasta las últimas consecuencias, presentó su caso ante la Corte Suprema de Justicia (SCOTUS), que aceptó escucharlo en 1895. Joseph Hodges Choate, unos de los letrados más respetados de Wall Street, se encargó de la defensa de Pollock.

El 8 de abril de ese año, el máximo tribunal del país falló en favor del contribuyente, alegando que el impuesto sobre la renta era inconstitucional porque su recaudación no se distribuía entre los estados según su población.

"Primero. Nos adherimos a la opinión ya anunciada, de que, si los impuestos sobre los bienes inmuebles son indiscutiblemente impuestos directos, los impuestos sobre los alquileres o las rentas de los bienes inmuebles son igualmente impuestos directos. Segundo. Somos de la opinión de que los impuestos sobre la propiedad personal o sobre los ingresos de la propiedad personal son igualmente impuestos directos. Tercero. El impuesto impuesto por los artículos 27 a 37, inclusive, de la ley de 1894, en la medida en que recae sobre la renta de bienes inmuebles y de bienes muebles, es un impuesto directo, dentro del significado de la Constitución, y por tanto, inconstitucional y nulo, porque no es distribuído según la representación, todas esas secciones, que constituyen un régimen tributario completo, son necesariamente inválidas", redactó el juez Melville Fuller, quien escribió la opinión mayoritaria.

Un error de cálculo y la creación de la Enmienda

Nuevamente, el Congreso optó por insistir en la creación de un impuesto federal para gravar los ingresos.  El Partido Demócrata se puso al hombro la cruzada bajo el liderazgo de William Jennings Bryan, cuyas tres plataformas presidenciales incluyeron un plan de impuestos sobre la renta, lo que a lo postre fue avalado por el ala más progresista del Partido Republicano de comienzos del siglo XX.

Con este 'envión', en 1909 esta coalición legislativa volvió a impulsar una Ley Arancelaria que contenía un impuesto federal sobre la renta. Los conservadores ya estaban hartos de tener que lidiar con esta propuesta en DC, por lo que idearon un plan para erradicar la idea para siempre. La iniciativa consistía en proponer una enmienda constitucional que promulgara dichos impuestos, sabiendo de entrada que para ser aprobada debería obtener la ratificación de tres cuartas partes de los estados, algo que creían imposible. El líder de la mayoría en el Senado, Nelson Aldrich (R-RI), fue el encargado de presentar oficialmente la propuesta.

Sin embargo, y para su sorpresa, los estados comenzaron uno por uno a ratificarla en sus respectivas legislaturas estatales, arrastrados por la tendencia nacional hacia el progresismo de la época. La división del GOP se intensificó con la derrota de Teddy Roosevelt en las primarias republicanas de 1912, por lo que muchos de sus partidarios se unieron al Partido Progresista.

La suerte del impuesto se decidió el 3 de febrero de 1913, cuando Delaware se convirtió en el estado número 36 en aprobar la propuesta, el número mágico necesario para añadir una enmienda a la Constitución Nacional.

El secretario de Estado, Philander Knox, proclamó oficialmente la última adición a la Constitución el 25 de febrero de 1913, anulando entonces el precedente sentado por Pollock v. Farmers' Loan & Trust Co.

Finalmente, la cuestión de los impuestos federales se resolvió con este texto estampado en la recién creada Enmienda 16: "El Congreso tendrá poder para establecer y recaudar impuestos sobre los ingresos, de cualquier fuente que se derive, sin reparto entre los distintos estados y sin tener en cuenta ningún censo o enumeración".

Los demócratas se pusieron rápidamente en acción para crear ahora una legislación amparada por la Constitución. El congresista Oscar Underwood introdujo la legislación conocida como la 'Tarifa Underwood', la cual fue aprobada por la Cámara de Representantes con facilidad y por el Senado luego de una fuerte presión de la Administración Wilson.

La ley reinstauró el impuesto federal sobre la renta y estableció un 1 % sobre los ingresos superiores a 3.000 dólares al año, lo que afectó aproximadamente al 3 % de la población. Desde entonces, en efecto no hace mucho, Estados Unidos implementó sostenidamente el impuesto sobre la renta, aumentando a lo largo de los años su cantidad de categorías impositivas y alcance.

¿Por qué el 15 de abril?

Ya consagrado en la constitución, el impuesto federal sobre la renta estrenó su día poco tiempo después. Primero se fijó el 1 de marzo, fecha que se mantuvo hasta 1918, cuando el Congreso la modificó por el 15 de ese mismo mes.

Fue en 1954 y de la mano de la reforma fiscal cuando el 15 abril quedó fijo como el Tax Day en Estados Unidos.