Este martes, un juez de Colorado condenó a 20 años de prisión a la dueña de una funeraria por descuartizar cadáveres y vender sus órganos sin el permiso de los familiares. La acusada, quien recibía la asistencia de su madre, se declaró culpable en junio de 2022.
Megan Hess comenzó con el macabro negocio en 2010. Su funeraria, Sunset Mesa, estaba ubicada en Montrose, Colorado, y trabajada en conjunto con una entidad llamada Donor Services. Hess cortaba los cuerpos y enviaba las diferentes partes por correo o mediante vuelos comerciales, según una investigación del Departamento de Justicia.
Hess, de 46 años, trabajaba con su madre, Shirley Koch, de 69, quien también se declaró culpable de colaborar en el acto delictivo y fue condenada a 15 años de prisión. Ambas se encargaban de vender paquetes de cremación a los familiares de los muertos, para después desmembrar los cuerpos y ofrecerlos en el mercado negro.
Familiares engañados
La investigación reveló que, en múltiples ocasiones, Hess y Koch entregaron cenizas que pretendían ser de un difunto cuando en verdad estaban compuestas de restos de varios cadáveres. También rellenaban las urnas con concreto.
Como agravante, se descubrió que las condenadas comerciaban con restos de personas que habían padecido con enfermedades contagiosas como la hepatitis o el VIH.
