Biden intenta restar valor a los documentos clasificados ocultos: "No hay nada ahí"

El presidente responde a las preguntas sobre los archivos insinuando que se trata de un asunto sin interés. "No me arrepiento", asegura.

Joe Biden intentó esquivar una vez más las preguntas de la prensa sobre la aparición de numerosos documentos clasificados en varias de sus dependencias y residencias personales. "No hay nada ahí", señaló el presidente este jueves durante su visita a California.

Pese a la gravedad del asunto, el presidente intenta restar importancia la investigación en marcha insinuando que los documentos, de su época como vicepresidente durante la Administración Obama, aparecieron en lugares como un despacho o un garaje de su propiedad por un simple error.

Descubrimos que un puñado de documentos estaban archivados en el lugar equivocado (...) Los entregamos inmediatamente a los Archivos y al Departamento de Justicia.

En este sentido, el presidente insistió en su cooperación con el Deparamento de Justicia y no mostró ningún arrepentimiento por esconder unos documentos con material sensible que podría poner en riesgo la seguridad nacional.

Estamos cooperando plenamente, deseando que esto se resuelva rápidamente. Creo que descubrirán que no hay nada. No me arrepiento. Estoy siguiendo lo que los abogados me han dicho que quieren que haga. Eso es exactamente lo que estamos haciendo. No hay nada ahí.

Con la expresión "no hay nada ahí", Biden trata de escenificar que el escándalo de los documentos ocultos no tiene interés. Sin embargo, lo cierto es que los detalles de la investigación reflejan no sólo la aparición de numerosos archivos ocultos; sino además la ocultación de su existencia.

La propia Casa Blanca reveló que los abogados de Biden encontraron documentos clasificados y registros oficiales al menos en cuatro ocasiones en los últimos meses: el 2 de noviembre en las oficinas del Penn Biden Center en Washington y posteriormente en registros de seguimiento el 20 de diciembre en el garaje de la casa del presidente en Wilmington, Delaware, y el 11 y 12 de enero en la biblioteca de la casa del presidente.

Algunos de estos hallazgos, como el del 2 de noviembre, no se dieron a conocer hasta pasadas las elecciones de medio mandato del pasado año.