Amazon e iRobot anunciaron este lunes que se cancela la operación por la cual la big tech adquiría la compañía de electrodomésticos. Seguida de la anulación de esta compra, la casa madre de la aspiradora automática Roomba anunció el despido del 31% de su plantilla total.
De acuerdo con Amazon, una de las razones por las que el acuerdo no se completó son los requisitos impuestos por los órganos reguladores tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea. En ambos lugares, la operación propuesta por Amazon fue objeto de un duro escrutinio de las autoridades. Por ello, ambas compañías lamentaron el desenlace de la negociación.
"Fusiones y adquisiciones como esta ayudan a empresas como iRobot a competir mejor en el mercado mundial, sobre todo contra empresas, y de países, que no están sujetas a los mismos requisitos normativos en segmentos tecnológicos de rápida evolución como la robótica", dijo David Zapolsky, consejero general de Amazon, en declaraciones a AP.
Las autoridades de la Unión Europea por su parte sostienen que la compra podría considerarse como una práctica monopolística. Una postura similar a la de la Comisión Federal de Comercio. Tan solo las autoridades británicas dieron por buena la compra propuesta por la big tech.
La posible compra de iRobot salió a la luz en 2022 y en ese momento se estimó en $1.700 millones, antes de revalorarse el acuerdo un 15% a la baja debido a unas deudas contraídas por la compañía de electrodomésticos. De ese dinero, iRobot tan solo verá un pago por la terminación del acuerdo de compra. Suma que no se hizo pública.
Ese pequeño porcentaje no impide que la compañía deba hacer fuertes recortes de personal que alcanzan a casi un tercio de la plantilla de iRobot. Entre lo que se van está también el propio CEO de la compañía, Colin Angle. Le remplazará Glen Weinstein, vicepresidente ejecutivo, a lo largo de la restructuración a la que iRobot debe enfrentarse ahora.
