¿Adiós a la industria del “cannabis legal”? La Cámara votará por una enmienda en la ley agraria que prohibiría el Delta-8 THC en EEUU

El cáñamo es una especie de cannabis con poco THC que es legal desde el 2018 gracias a un vacío dentro de la legislación agrícola. Su comercialización mueve miles de millones de dólares al año.

El Congreso votará por una enmienda dentro de la ley agraria que podría poner punto y final a la industria del cáñamo en Estados Unidos y, por ende, a sus productos intoxicantes como el cuestionado Delta-8 THC, un “cannabinoides” tóxico que se encuentra en productos comestibles a lo largo y ancho del país.

La enmienda fue presentada por la representante Mary Miller (R-Ill.) y, en efecto, derogaría un cambio legal radical aprobado en la ley agrícola del 2018.

Miller dijo en un comunicado que se sentía “orgullosa de que se incluyera su enmienda para cerrar la laguna jurídica que ha permitido que productos con THC infundido como el Delta-8 se vendan a adolescentes en envases que parecen caramelo”.

El THC es el principal compuesto psicoactivo que se encuentra en la planta del cannabis.

El delta-8 THC, un potencial problema de salud pública en desarrollo

La historia de cómo el cáñamo se volvió legal en Estados Unidos no es tan recordada, pero es gracias a un esfuerzo netamente republicano que impulsó un vacío dentro de la ley agraria para que los agricultores pudieran cultivar tetrahidrocannabinol (THC), es decir variedades no tóxicas de cannabis que, a priori, se enfocarían mayormente hacia el uso industrial y medicinal.

Sin embargo, gracias a este vacío legal, con el correr de los años la industria del cáñamo (o “cannabis legal”) se volvió prácticamente un problema de salud pública luego de que se desarrollara un próspero mercado de productos de cannabis universalmente disponibles y en gran medida no regulados por la FDA.

El cáñamo no debe confundirse con la conocida marihuana, que básicamente es un una variedad del cannabis con mayor concentración de THC.

La industria del cáñamo, de hecho, representa un mercado gris masivo que mueve $28,000 millones, según denunciaron 22 fiscales generales estatales al Congreso en marzo.

Estos fiscales denunciaron que la aprobación de la ley agraria en 2018, bajo esas condiciones, forzó “productos equivalentes al cannabis en nuestras economías independientemente de las intenciones de los estados de legalizar el consumo de cannabis, y socavando peligrosamente las regulaciones y las protecciones de los consumidores en los estados donde los programas de cannabis legal para adultos ya están en marcha”.

Ahora la republicana Miller quiere detener esta industria con una enmienda que, según los cabilderos del cáñamo, destruiría por completo un negocio en auge que incluso ha afectado al propio comercio de la marihuana en los estados donde sí es legal.

De acuerdo con The Hill, la enmienda de Miller, copatrocinada por Doug LaMalfa, representante republicano de California, un estado donde la marihuana es legal, restringe la definición de cáñamo legal a “cannabinoides de origen natural, derivados naturalmente y no tóxicos”.

Esta definición básicamente dejaría a cannabinoides como el Delta-8 THC, que generalmente son derivados tóxicos de producciones químicas, por fuera de la legalidad.

“Lo mismo ocurriría con las bebidas embriagantes y los comestibles que contengan THC delta-9 o THCa, nombres diferentes para lo que es aproximadamente la misma sustancia química activa de la ‘marihuana’ que se vende en estados regulados como California”, se lee en The Hill.

Las preocupaciones sobre el Delta-8 THC y otros tipos de cannabinoides tóxicos no son para nada nuevas.

Desde 2022 la FDA viene advirtiendo que este tipo de sustancias no están reguladas y, por ello, no tienen una aprobación para un uso seguro.

La agencia gubernamental de hecho detalla y hace énfasis en que este tipo de cannabinoides deben mantenerse fuera del alcance de los niños y las mascotas porque, en efecto, han recibido cientos de reportes con efectos adversos gracias al consumo de productos que contienen Delta-8 THC.

A principios de mes, la FDA emitió cartas de advertencia a las compañías que venden ilegalmente productos con cannabinoides tipo el Delta-8 THC.

“La FDA se preocupa mucho por la creciente popularidad de los productos con delta-8 THC que se venden en línea y en las tiendas de todo el país. Estos productos a menudo incluyen afirmaciones de que tratan o alivian los efectos secundarios relacionados con una amplia variedad de enfermedades o trastornos médicos, como el cáncer, la esclerosis múltiple, el dolor crónico, las náuseas y la ansiedad”, dijo la comisionada adjunta principal de la FDA, la Dr. Janet Woodcock.

“Es extremadamente preocupante que algunos de los productos alimentarios estén envasados y etiquetados en formas que pueden ser atractivas para los niños. Seguiremos salvaguardando la salud y la seguridad de los estadounidenses vigilando el mercado y tomando medidas cuando las compañías vendan ilegalmente productos que supongan un riesgo para la salud pública”.