Un email enviado a Anthony Fauci al que ha tenido acceso la organización US Right to Know (USRTK) indica que el que fuera máximo responsable de la respuesta nacional frente al covid conocía, desde al menos enero de 2020, que EEUU estaba financiando investigaciones sobre coronavirus en China. Este es uno de los puntos que el doctor negó categóricamente durante la pandemia, como en su comparecencia ante el Senado en 2021, cuando aseguró al congresista Rand Paul que el NIH "nunca ha financiado ni financia la investigación sobre la ganancia de función en el Instituto de Virología de Wuhan".
El NIAID sufragó desde 2015 investigaciones sobre coronavirus en China
Sin embargo, y según el mail obtenido por USRTK, el 27 de enero de 2020 un ayudante de Fauci, en un correo para preparar una rueda de prensa, explica a su jefe que el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés), que el doctor dirigió durante décadas, llevaba varios años financiando investigaciones sobre nuevos coronavirus en China. Entre los laboratorios que obtuvieron dinero estadounidense se encontraba el Instituto de Virología de Wuhan.
Anthony Fauci was told of NIH ties to Wuhan lab’s novel coronaviruses by January 2020. Via @emilyakopp @USRightToKnow https://t.co/BqR1IERBSs
— Gary Ruskin (@garyruskin) September 5, 2023
Preocupantes resultados de la investigación de Wuhan
En el correo se especifica claramente que EcoHealth Group, del investigador Peter Daszak, recibió fondos públicos en sus investigaciones para "comprender los riesgos de la aparición de coronavirus en murciélagos". Su trabajo estudió a personas con una alta exposición a murciélagos en China y analizar si éstas eran infectadas por los nuevos virus.
Entre los resultados de los experimentos llevados a cabo de Daszak y su equipo destaca el descubrimiento de nuevos virus, entre ellos 52 SARSr-CoV. Además, advertían de que varios de los nuevos agentes infecciosos descubiertos "pueden unirse a células humanas". En las pruebas con ratones humanizados, la exposición a estos patógenos provocó enfermedades similares a las provocadas por el SARS. Además, alertan de que "los signos clínicos del SRAS-CoV murciélago en ratones no se evitaron con una vacuna candidata contra el SRAS-CoV, y no fueron tratables con la mayoría de las terapias monoclonales que se están desarrollando".
