Un 44% de los millennials piensa que negarse a usar 'pronombres preferidos' debería ser un delito

Aunque la mayoría de los estadounidenses se expresó en contra, hay antecedentes legislativos de proyectos y normas que obligan a referirse a una persona según su preferencia.

Él o ella. Ellos, ellas, ellos o ze, hir o per, pers... Estas son algunas de las opciones en la constelación de "pronombres personales de género" (PGP). No utilizarlos -por error o intención- podría acarrear penas de cárcel en un Estados Unidos no demasiado lejano: un 44% de los millennials piensa que negarse a usar los 'pronombres preferidos' debería ser un delito penal.

En cambio, el 31% está en desacuerdo, de acuerdo con una reciente encuesta de Redfield & Wilton Strategies para Newsweek. El resto de los votantes entre 25 y 35 años respondieron no saber o no estar ni de acuerdo ni en desacuerdo.

Curiosamente, los miembros de la generación que le sucede opinaron mayoritariamente en contra de la ilegalización de llamar a alguien por un pronombre distinto al que prefiere. Un 44% de la Generación Z estuvo en desacuerdo. Un 38% estuvo de acuerdo, frente a un 26% que respondió que no sabía o no expresó su juicio.

La brecha aumenta al ampliar la lente para considerar a los americanos en general. Un 65% de los votantes se opone, mientras que un 19% está a favor. En tanto que un 12% no está de acuerdo ni en desacuerdo y un 4% no sabe.

Usar o no usar, esa es la cuestión

Además de tener una base de votantes, la penalización por la negativa a usar los 'pronombres preferidos' cuenta también con antecedentes legislativos.

En California, Shake Shack debió pagar $20.000 a un exempleado que protestó porque sus compañeros lo llamaban por un pronombre distinto al de su preferencia. A principios de mes, un proyecto de ley aprobado por la Cámara de Representantes de Michigan, controlada por los demócratas, penalizaría con hasta cinco años de cárcel a quien no utilice los 'pronombres preferidos'.

Las escuelas son uno de los escenarios donde más ha arreciado el debate. Desde maestros despedidos por negarse a usar los pronombres exigidos por sus alumnos -y no sólo en Estados Unidos-, hasta guías para docentes explicando qué es "misgendering" e incitando a los alumnos a "presentar sus nombres y pronombres a nuevas personas" y "corregir los errores de género de los que sean testigos".

Otro ámbito educativo permeado por el uso -o no- de los 'pronombres preferidos' es la televisión. Como contamos en Voz Media, existen numerosos casos de series y películas para niños donde se alecciona a usar estos pronombres.