Tulsi Gabbard figura entre los nombres que Donald Trump baraja para ser su vicepresidente en el caso de ser el candidato republicano, ganar las elecciones de noviembre y regresar a la Casa Blanca. La exrepresentante demócrata por Hawai y exvicepresidenta del Comité Nacional Demócrata, quien abandonó el Partido Demócrata en 2022 por estar al servicio de "una élite woke y belicista", acudirá a Mar-a-Lago, resort propiedad del expresidente, para ser ponente en un evento de recaudación de fondos que se celebrará en marzo.
Trump no escondió sus opciones de compañero de fórmula, siendo Gabbard uno de los principales candidatos. Otros de los candidatos pensados por el expresidente son Ron DeSantis, Tim Scott, Vivek Ramaswamy, Byron Donalds y Kristi Noem.
"Honestamente, todas esas personas son buenas. Todos son buenos, todos son sólidos. Y siempre digo que quiero gente con sentido común porque hay muchas cosas que pasan en este país que no tienen sentido", dijo Trump sobre los seis.
La salida de Gabbard del Partido Demócrata
Gabbard siempre fue muy firme en sus ideas, haciendo públicas sus discrepancias con el ideario del Partido Demócrata, incluso cuando estuvo dentro de la formación.
"No puedo seguir en el actual Partido Demócrata, que ahora está bajo el control total de una cábala elitista de belicistas impulsados por la cobardía, que nos dividen racializando cada asunto y avivan el racismo anti blanco. Que trabajan activamente para socavar nuestras libertades consagradas por Dios en nuestra Constitución. Que son hostiles a la gente de fe y espiritualidad. Que demonizan a la policía y protegen a los delincuentes a costa de los estadounidenses respetuosos con la ley. Que creen en la apertura de las fronteras, utilizan como un arma el estado de seguridad nacional para perseguir a los oponentes políticos y, sobre todo, nos arrastran cada vez más cerca de la guerra nuclear", argumentó Gabbard cuando decidió marcharse del Partido Demócrata.
Esas ideas claras, además de un cada vez más constante acercamiento al bando republicano, sirvió para que Trump la considere como su posible vicepresidente si vuelve a sentarse en el Despacho Oval.
