Si realmente queremos ayudar a los palestinos, marchemos exigiendo que puedan ser verdaderamente libres; libres de sus venenosos liderazgos.

Las mal llamadas manifestaciones pro-Palestina en el mundo tienen como objetivo promover el exterminio de israelíes y judíos. Si realmente queremos ayudar a los palestinos, marchemos exigiendo que puedan ser verdaderamente libres; libres de sus venenosos liderazgos.

Muchos manifestantes alrededor del mundo están levantando banderas palestinas y siguen exigiendo “libertad” para los palestinos. En realidad, el mensaje que están promoviendo es la destrucción de Israel. De hecho, en algunas protestas llaman abiertamente a la violencia contra israelíes y judíos. Por ese motivo, uno no puede hacer más que repudiarlos, sobre todo después de la horrenda masacre del 7 de octubre contra gente inocente que estaba bailando en una fiesta o durmiendo en su casa.

Otro indicio que muestra a las claras que estas manifestaciones que unen en una bizarra alianza a progresistas e islamistas, no tienen como objetivo defender a los palestinos, sino promover el odio antisemita, es el hecho de que todos estos seres sólo suelen despertarse y salir a la calle cuando Israel se defiende de los brutales ataques de los terroristas que claman por el exterminio de los judíos, pero siguen durimiendo la siesta ante la infinidad de conflictos a nivel mundial, incluso cuando musulmanes matan musulmanes.

Y no nos olvidemos, desde ya, de los brutales ataques a judíos en la Diáspora. Por lo tanto, claramente, no se trata de oponerse a las políticas del Gobierno israelí de turno, del antisionismo o cualquier otro disfraz que elijan ponerse, es puro antisemitismo.

Sin embargo, la paz y la libertad para los palestinos nunca llegarán por el camino de la destrucción y el odio que actualmente siguen, y poca ayuda les brindan los manifestantes si los alientan a seguir de esa manera. Por eso, les propongo a los ruidosos de siempre que si realmente quieren el bien de los palestinos, exijamos a Hamás y a la Autoridad Palestina que dejen de aterrorizar a su pueblo. Exijamos que los gays puedan vivir allí en libertad como lo hacen los que residen en los territorios del “enemigo sionista”, donde los homosexuales viven sin miedo e incluso participan en una de las marchas del Orgullo más importantes del planeta. Levantemos la bandera palestina para que eso suceda, ¡vamos!

Sí, agitemos esa bandera palestina bien arriba para que el BDS (Boicot, Desinversiones, Sanciones), un movimiento más preocupado por los boicots que por la paz, cese en su intención de cerrar empresas del Estado judío donde trabajan israelíes y palestinos, para que estos últimos puedan darles vidas dignas a sus familias sin la necesidad de inmolarse a fin de recibir dinero de Fatah o Hamás.

Sí, elevemos las banderas palestinas, que se vean. Hagamos oír nuestras voces para que los palestinos puedan opinar libremente sin ser tachados de “colaboradores del enemigo sionista” ni ser encarcelados, torturados y/o asesinados por sus líderes por opinar diferente.

Si los palestinos realmente quieren ser libres, primero tienen que librarse de la opresión interna. Yo apoyaré esa causa palestina, la única por la que vale la pena luchar.

Pásame una bandera palestina, la voy a hacer flamear sin cesar. Reclamemos que se deje de adoctrinar a los niños en el odio contra los “infieles”, para que el sueño de esos chicos sea estudiar o trabajar, no morir matando a otros para acceder a ese paraíso al que ningún dirigente millonario palestino de ninguno de los dos bandos (que se odian entre sí) está dispuesto a ir.

Ven, vayamos juntos y alcemos la bandera palestina para que las calles y los parques ya no lleven nombres de terroristas suicidas, que estos no sean los ejemplos de los niños palestinos.

Envuélveme en esa bandera palestina para que se deje de destruir y se empiece a construir. Para que de ahora en más se aspire a que haya premios Nobel (los serios, no los de la paz) y no más yihadistas.

Sostengamos esa bandera palestina y repudiemos a aquellos que no ocultan su interés en arrojar a los judíos al mar. Fomentemos la convivencia pacífica. No nos detengamos hasta que haya, como en Israel, gente de todas las etnias, religiones y culturas en todos los ámbitos de la sociedad palestina.

Es hora de querer una Palestina libre en serio; libre de terrorismo, libre de la opresión de su propio liderazgo, libre de gente que usa a los palestinos para promover sus oscuros intereses políticos. Levantemos la bandera de una Palestina libre y próspera para que los palestinos ya no sean víctimas eternas y puedan tomar las riendas de su propio destino y hacerse responsables de sus actos.

Levantemos la bandera palestina y digamos basta al odio, basta a la deshumanización de los judíos, cristianos y demás “infieles” que no quieren someterse a la opresión del islamismo radical en los territorios palestinos o en cualquier parte del mundo.

Si los palestinos realmente quieren ser libres, primero tienen que librarse de la opresión interna. Yo apoyaré esa causa palestina, la única por la que vale la pena luchar.