Hollywood y el peso de la ideología woke: El fracaso de Blancanieves y otras caídas en taquilla
Varios intentos de "revitalizar" las producciones con enfoques progresistas han resultado en reveses que evidencian una crisis en la industria.

Rachel Zegler como Blancanieves
El estreno de la nueva versión en live-action de Blancanieves ha resultado en un rotundo fracaso de taquilla. La película, marcada por una reinterpretación más moderna del clásico, no logró captar al público, desatando un debate sobre los cambios realizados en su historia. Desde una protagonista con un enfoque de liderazgo hasta la eliminación del beso del príncipe por cuestiones de consentimiento, muchas de estas modificaciones fueron vistas como forzadas y alejadas del espíritu original. A esto se sumó la polémica por la representación de los enanitos mediante CGI (Imágenes Generadas por Computadora), lo que terminó generando un desinterés generalizado y dejando a Disney con un estreno preocupantemente discreto.
Este tropiezo no es un caso aislado. En los últimos años, Hollywood ha intentado equilibrar sus producciones con mensajes sociales que, lejos de conectar con el público, han provocado rechazo y desinterés en taquilla. Varios intentos de revitalizar franquicias con enfoques progresistas han resultado en fracasos que evidencian una crisis en la industria.

Entretenimiento
'Blancanieves' es el peor estreno de un live-action de un clásico de Disney
Alejandro Baños
Reinvenciones fallidas
Uno de los casos más recordados es Cazafantasmas de 2016. Este reinicio, con un elenco completamente femenino, fue recibido con una reacción negativa desde su primer tráiler, que acumuló millones de "no me gusta" en YouTube. La película no logró justificar el cambio de género de los personajes y, a pesar de contar con un reparto de renombre, carecía de la chispa cómica necesaria para revitalizar la franquicia.
Otro intento fallido fue Los Ángeles de Charlie (2019). La dirección de Elizabeth Banks apostó por un enfoque feminista, pero la película careció del carisma y la química que hicieron exitosas las versiones anteriores. Además, la incorporación de un personaje queer sin un desarrollo convincente terminó pareciendo un intento superficial de representación. La audiencia no respondió, y la película apenas recuperó una fracción de su presupuesto.
Lo mismo ocurrió con La Sirenita (2023), donde la elección de Halle Bailey, una actriz afroamericana, como Ariel generó un debate sobre la fidelidad a la versión animada.
El declive de las superproducciones
Marvel tampoco ha escapado de esta tendencia. Eternals (2021) intentó combinar una diversidad de personajes con una narrativa ambiciosa, pero el resultado fue una historia enrevesada y carente de la energía que caracterizaba al Universo Cinematográfico de Marvel. Con una recaudación insuficiente y críticas tibias, el estudio optó por descartar una posible secuela.
Otro caso fue Lightyear (2022), un spin-off de Toy Story que se vio envuelto en controversias por su representación de la diversidad. Varios países prohibieron la película por la inclusión de un beso entre dos personajes femeninos, y la decisión de sustituir la voz de Buzz Lightyear, antes interpretada por Tim Allen, también generó rechazo. Con una pérdida estimada en más de 100 millones de dólares, la película demostró que el interés del público estaba lejos de las nuevas propuestas de Disney.
Tampoco tuvo mejor suerte Elemental de Pixar. La película presentaba el primer personaje no binario en una producción de la compañía, lo cual muchos espectadores consideraron innecesario en una película dirigida a todos los públicos.
Las secuelas que no convencieron
Indiana Jones y el llamado del destino (2023) buscó revivir la nostalgia con el regreso de Harrison Ford, pero introdujo un giro en el que gran parte del protagonismo recaía en Helena Shaw (Phoebe Waller-Bridge), una mujer que se presentaba como más astuta y capaz que el propio Indiana. Esta decisión fue vista como un intento de desplazar al icónico personaje masculino para dar paso a una nueva narrativa con tintes feministas. La película recaudó solo 384 millones de dólares, una cifra baja para una superproducción de este nivel, dejando a Disney con grandes pérdidas.
En televisión, Grease: El auge de las Damas Rosas (2023) intentó reinterpretar la historia original desde una perspectiva progresista. La serie incluía una protagonista latina, un personaje no binario y varias subtramas centradas en temas de justicia social. Una vez más, la audiencia no respondió positivamente, y la serie fue cancelada tras una sola temporada.
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