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Donantes y estudiantes se hartan del antisemitismo en las universidades

Harvard y la Universidad de Pensilvania perdieron a varios de sus benefactores. Por su parte, Columbia recibió un aluvión de firmas pidiendo el despido inmediato de un profesor que apoyó a Hamás.

Universidad de Harvard. Una de las universidades que están viviendo consecuencias por sus actitudes antisemitistas.

Harvard/Wikimedia Commons

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Harvard, Columbia o la Universidad de Pensilvania están siendo ampliamente criticadas por la posición que todas estas universidades adoptaron al comienzo de la guerra entre Israel y la organización terrorista Hamás.

La Universidad de Harvard fue la que más sintió el rechazo de la opinión pública después de que, nada más iniciarse el conflicto, comenzasen las represalias contra la institución educativa. La acción más criticada fue la carta que envió el Comité Universitario de Solidaridad con Palestina (PSC) en la que acusó "totalmente al régimen israelí de toda la violencia desatada" durante el atentado perpetrado por Hamás.

Apoyada por cientos de estudiantes, la misiva pronto recibió el rechazo de todo el país, llegando a darse el caso de que el multimillonario Bill Ackman advirtiese a aquellos que apoyaban esta declaración de que entrarían en una lista negra que les impediría acceder a compañías de Wall Street. Tras esto, los grupos Amnistía Internacional en Harvard, Harvard College Act on a Dream (AOD), la Harvard Undergraduate Nepali Student Association (HUNSA), la Harvard Islamic Society y la Harvard Undergraduate Ghungroo retiraron su firma de la polémica carta.

El daño, sin embargo, ya estaba hecho. Y la Universidad de Harvard siguió notando las consecuencias de esta carta. El primero que manifestó que tenía que haber represalias fue el profesor de Informática de Harvard, Boaz Barak. Él pidió a la institución educativa que retirase la afiliación universitaria a todas aquellas organizaciones que firmaron la misiva:

Creo en la libertad de expresión. Pero la libertad de expresión no es libertad de consecuencias. Tengo muchas críticas a las políticas israelíes, pero todos los que firmaron esta declaración están aprobando el terrorismo, la violación y el asesinato. Harvard debería eliminar las afiliaciones de estos grupos.

Harvard pierde a dos de sus mayores donantes

Poco tiempo después, la institución perdía a dos miembros de la junta ejecutiva de Harvard. El multimillonario israelí Idan Ofer y su esposa, Batia, anunciaban su salida del centro educativo en protesta por la respuesta inicial de las autoridades a los atentados de Hamás.

Una semana más tarde, la Universidad de Harvard recibía otro golpe: la fundación Wexner y su dueño, Leslie Wexner, creador de la firma Victoria's Secret, lanzaban un comunicado anunciando que rompían lazos con la institución educativa. En su caso, alegaron, se debía a un cambio en los valores de Harvard que "ya no coinciden" con los de la fundación Wexner:

Columbia recibe 50.000 firmas para despedir al profesor que apoyó a Hamás

Harvard no fue la única universidad de la Ivy League que recibió críticas por la forma en la que gestionó la matanza en Israel de principios de octubre. Columbia también fue objetivo por las palabras que escribió uno de sus profesores, Joseph Massad, tras la masacre. Sólo un día después de la matanza, él redactó un artículo de opinión en el que aseguró que Israel estaba lleno de "crueles colonizadores" mientras que los terroristas de Hamás eran "combatientes de la resistencia":

El espectáculo de los combatientes de la resistencia palestina asaltando los puestos de control israelíes que separan Gaza de Israel fue asombroso... Quizá el mayor logro de la resistencia en la toma temporal de estas colonias de colonos sea el golpe mortal a cualquier confianza que los colonos israelíes tuvieran en su ejército y en su capacidad para protegerlos.

El artículo generó un amplio rechazo ya que mostraba los ideales a favor de Hamás de uno de los profesores encargados de educar a muchos jóvenes estadounidenses. Preocupada por esta cuestión, una estudiante de 23 años de Columbia, Maya Platek, inició una recogida de firmas en Change.org pidiendo el despido inmediato de Massad:

Condonar y apoyar el terrorismo no es aceptable. (...) La decisión de Massad de elogiar el abominable atentado fomenta la violencia y la desinformación dentro y fuera del campus, poniendo especialmente en peligro a muchos estudiantes judíos e israelíes del campus. Además, muchos estudiantes han expresado que se sienten inseguros en presencia de un profesor que apoya los horribles asesinatos de civiles. (...) Pedimos a la Universidad de Columbia que responsabilice a Massad de sus comentarios y lo aparte inmediatamente de la facultad de Columbia.

La iniciativa, creada el 13 de octubre, logró casi 50.000 firmas tan solo cuatro días después.

Jon Huntsman retira sus donaciones a la Universidad de Pensilvania

No emitir cualquier declaración sobre la masacre también se vio con malos ojos por los donantes y los estudiantes de las distintas universidades. Fue lo que sucedió en la Universidad de Pensilvania. Allí, el antiguo gobernador de Utah y ex embajador de Estados Unidos en Rusia, China y Singapur, Jon Huntsman, también anunció que cesaba su apoyo económico a la institución educativa.

Lo hizo enviando un correo, al que obtuvo acceso The Daily Pennsyvanian, en el que aseguró que "el silencio es antisemitismo y el antisemitismo es odio". Por esa razón, aseguró a la presidenta de la institución, Liz Magill, dejaría de realizar donaciones a la Universidad de Pensilvania:

Para el que mira desde fuera, parece que Penn se ha quedado profundamente a la deriva de una forma que la hace casi irreconocible. El relativismo moral ha alimentado la carrera de la universidad hacia el fondo y, lamentablemente, ahora ha llegado a un punto en el que permanecer imparcial ya no es una opción. El silencio de la Universidad ante la reprobable e histórica maldad de Hamás contra el pueblo de Israel (cuando la única respuesta debería ser la condena rotunda) es un nuevo mínimo. El silencio es antisemitismo, y el antisemitismo es odio, precisamente aquello para lo que se construyó la educación superior. En consecuencia, la Fundación Huntsman cerrará su chequera a todas las donaciones futuras a la Universidad de Pensilvania, algo que ha sido motivo de enorme orgullo para tres generaciones de graduados. Mis hermanos se unen a mí en este reproche.

No es el único que anunció acciones contra la Universidad de Pensilvania. Informa Breitbart que, tras una reunión de emergencia de tres horas, Vahan Gureghian dimitió del consejo de administración de la institución educativa por el mismo motivo.

Varios presidentes de universidades de todo el mundo condenan el ataque de Hamás

Las consecuencias se siguen notando en las universidades a lo largo de todo el mundo. Por ese motivo, varios presidentes de diversas unidades estadounidenses e incluso de otras partes del mundo se unieron y mostraron su solidaridad hacia Israel.

La noticia la difundió Axios que obtuvo acceso en exclusiva a un comunicado en el que los directivos de las instituciones judías (Universidad de Yeshiva), católicas (Universidad de Notre Dame), los colegios y universidades históricamente negros (HCBU) como la Universidad de Dillard), cristianas (Universidad de Babylor) o universidades públicas como SUNY y CUNY aseguraron estar "horrorizados" por las matanza perpetrada por Hamás:

Estamos horrorizados y asqueados por la brutalidad e inhumanidad de Hamás. El asesinato de civiles inocentes, incluidos bebés y niños, la violación de mujeres y la toma de ancianos como rehenes no son acciones de desacuerdo político, sino acciones de odio y terrorismo. La base de todas las universidades es la búsqueda de la verdad, y son tiempos como estos los que requieren claridad moral. Al igual que la lucha contra el ISIS, la lucha contra Hamás es una lucha contra el mal. Nosotros, los presidentes y rectores de las universidades y colegios de los Estados Unidos de América y del mundo, estamos con Israel, con los palestinos que sufren bajo el cruel gobierno de Hamás en Gaza y con todas las personas con conciencia moral.
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