Compromisarios infieles: el último riesgo para los candidatos
Aunque no es habitual, y la mayoría de los estados tiene leyes para evitarlo, hasta en 90 ocasiones un elector votó en contra del nominado de su partido. La última vez, en 2016, cuando 8 demócratas y 2 republicanos rechazaron a Clinton y Trump.
Los compromisarios son una pieza clave para el sistema electoral estadounidense, al ser quienes tienen la última palabra en la elección del presidente. Aunque se considera un mero trámite, puesto que son elegidos por los partidos y las urnas determinan cuántos de cada uno depositarán el nombre de un candidato en el colegio electoral, hasta en 90 ocasiones se ha votado por un aspirante distinto, lo que se conoce como compromisario infiel. El último caso, en 2016, cuando ocho demócratas rechazaron a Hillary Clinton y dos republicanos a Donald Trump. En unas elecciones tan polarizadas e igualadas como éstas, la posibilidad de que un elector decida traicionar a su formación política puede significar el triunfo del adversario.
El voto infiel no significa que se vote por el candidato rival, algo que sólo ha ocurrido en una ocasión, en 1796, cuando el federalista de Pensilvania Samuel Miles optó por elegir a Thomas Jefferson en lugar de a John Addams. En la mayoría de las ocasiones, sin embargo, se ha incluido el nombre de una tercera persona que no optaba al cargo. En cualquier caso, se trata de una situación inusual, que nunca ha sido decisiva para la elección de un presidente.
Hasta 63 compromisarios infieles en 1872, 10 en 2016
De hecho, tan sólo se ha producido en 90 -la mayoría demócratas- de los 23,507 votos electorales que se han emitido en las 58 elecciones presidenciales celebradas hasta ahora. Cabe destacar que 63 de ellos se produjeron el mismo año, en 1872, por la muerte del candidato demócrata Horace Greeley el día después de las elecciones. Greeley obtuvo 66 compromisarios, de los cuales tres mantuvieron su nombre -su voto fue considerado nulo- y los 63 restantes se dividieron: 42 para el independiente Thomas Hendricks; 18 para el compañero de ticket de Greeley, B. Gratz Brown; dos por el también demócrata Thomas Jenkins y el último por David Davis, también del Partido Azul.
La segunda ocasión con mayor número de compromisarios infieles se produjo en 2016, cuando 10 electores rompieron con la disciplina de su partido. Fue especialmente ruidoso el caso de los compromisarios republicanos de Texas Chris Suprun (que votó por John Kasich) y Bill Greene (Ron Paul), así como la renuncia del también texano Art Sisneros antes de la votación, que fue sustituido.
Sin embargo, fue el Partido Demócrata el que vivió una deserción en masa. Hasta ocho electores se inclinaron por otros políticos en lugar de Clinton. Fue el caso de David Bright (Maine — Bernie Sanders); Muhammad Abdurrahman (Minnesota — Bernie Sanders); Micheal Baca (Colorado — John Kasich); Esther John (Washington — Colin Powell); Levi Guerra (Washington — Colin Powell), Bret Chiafalo (Washington — Colin Powell); Robert Satiacum (Washington — Faith Spotted Eagle); and David Mulinix (Hawaii — Bernie Sanders).
¿Cómo combaten los estados a los compromisarios infieles?
Dado que el sistema electoral nacional es, de facto, 50 sistemas electorales, en los que cada estado tiene prácticamente total libertad para hacer lo que considere, existen distintas fórmulas para afrontar este fenómeno. En 12 estados no existen leyes concretas sobre los compromisarios infieles, mientras que otros 37 y Washington D.C. exigen que los electores voten al candidato comprometido. Una medida ratificada por el Tribunal Supremo en 2020, en el caso Chiafalo vs. Washington, en el que confirmó que los estados tienen derecho a exigir promesas y penalizar o anular los votos desviados.
Entre estos 38 casos existen disparidad de medidas. En 15 de ellos, como Alaska, Hawaii o Wisconsin, se prohíbe que un elector vote a otro candidato distinto al elegido por sus votantes. En el resto, no sólo está prohibido, sino que se anula el voto de ese compromisario. Además, 10 (California, Illinois, Indiana, Minnesota, Montana, Nebraska, Nevada, Dakota del Norte, Tennessee, y Washington) han aprobado la Ley Uniforme de Electores Presidenciales Fieles, que contempla la sustitución del elector que traicione a su partido y la elección de sus votantes.
En 75 ocasiones se votó a un vicepresidente fuera del ticket del partido
Por último, los compromisarios infieles no se han limitado a los presidentes. Hasta en 75 ocasiones se ha votado a un vicepresidente distinto al que concurría en el ticket electoral de su partido.