Elecciones presidenciales 2024
La obsesión enfermiza de los periodistas con Trump
Lo que estamos viendo en los últimos días es la muerte del periodismo enterrado por activistas de izquierda. Algunos de los periodistas más famosos parecen dispuestos a hacer lo que sea necesario para que el republicano no gane las elecciones.
Hace unos días el New York Times publicó un editorial en el cual endosaba a la campaña de Kamala Harris, el apoyo no sorprende, la línea editorial del medio es clara. Sin embargo, los argumentos expresados en el texto muestran el insufrible nivel de odio de algunos de los periodistas más importantes de este país contra Trump. En vez de escribir un artículo explicando las razones por las cuales ellos creen que Kamala sería una buena presidente, que es lo normal en una pieza editorial en la que un medio hace público su apoyo a una candidatura, el New York Times dedica esta pieza a atacar a Trump y también a quienes los apoyan, es decir, a casi la mitad del país.
En el editorial se lee: "Independientemente de cualquier desacuerdo político que los votantes puedan tener con ella, Kamala Harris es la única opción patriótica para presidente". El odio de algunos periodistas ha llegado a niveles tan elevados que los impulsa a insultar a medio país, asegurando que solo es patriota quien vota por el candidato preferido de los medios. La discusión de las ideas y los argumentos sobre política pública se han tirado a la caneca de la basura para pasar a la repetición, una y otra vez, de que Donald Trump es una amenaza para la democracia.
"Esta verdad inequívoca y desalentadora -Donald Trump no es apto para ser presidente- debería ser suficiente para que cualquier votante que se preocupe por la salud de nuestro país y la estabilidad de nuestra democracia le niegue la reelección", dice el New York Times.
Casi a diario escuchamos a algún periodista de los grandes medios tradicionales asegurar que sin importar los problemas de la campaña demócrata, debería ser impensable votar por Trump en tanto que significa la destrucción del país. Los resultados de la actual Administración son tan pobres que aún los periodistas que actúan como voceros de la campaña Harris prefieren evitar hablar del tema. Es más, muchos reconocen abiertamente que en los asuntos más importantes para los americanos la Administración Biden-Harris ha sido un desastre, pero aún así se atreven a asegurar que la única opción ética es votar demócrata.
Mientras tanto, millones de americanos no solo tienen claro que Trump efectivamente entregó el poder, y que los cuestionamientos a los resultados electorales han ocurrido desde hace mucho tiempo en este país y de parte de los dos partidos, sino que también ven a diario la desconexión de esos periodistas con la realidad. ¿Cuán importante es para una madre que lucha cada mes por mantener a sus hijos que el expresidente haya pagado un acuerdo de confidencialidad con Stormy Daniels? La mayoría de los americanos quieren ver soluciones a sus problemas del día a día, y las quejas sobre el carácter y los comportamientos personales de Trump son tonterías al lado de las crisis que vive la clase trabajadora en estos días.
Algunos periodistas se han olvidado que una de sus labores principales es llevar a la audiencia la información que necesitan sobre los asuntos que realmente les preocupan. Qué está pasando con la inflación, cómo está el crimen, qué está ocurriendo en material de integridad electoral en el Congreso, pero algunos medios enloquecidos por su odio, se dedican cada día a buscar la frase más polémica que haya dicho el expresidente para hacerla noticia. Por lo tanto, no sorprende que los niveles de desconfianza de los americanos en los medios tradicionales hayan llegado a niveles históricos.
Esos periodistas que señalan a los votantes de Trump y los acusan de no ser patriotas, deberían despojarse por un momento de la repulsión que sienten por el expresidente, y ponerse en los zapatos de un americano al que el sueldo no le alcanza para llegar a fin de mes, y que cuando llega a casa y prende el televisor tiene que ver todo un show de televisión hablando de la alegría de Kamala. ¿Acaso las risas de la candidata demócrata van llenar la nevera de las familias más pobres?
Muchos periodistas han enloquecido con las formas de Trump, el carácter del republicano y su manera directa de abordar a la prensa los ha hecho desarrollar un odio incontenible, incluso las formalidades las han tirado a la basura y ya ni siquiera les importa aunque sea parecer objetivos. Se han autoproclamado los iluminados que salvarán a los americanos de elegir a un supuesto enemigo de la democracia. ¿Con qué autoridad un periodista desde su oficina en New York desprecia al americano trabajador que más allá de partidos lo único que quiere es volver a los tiempos en los que el sueldo le alcanzaba? Si el odio de estos periodistas por el candidato republicano les impide realizar sus labores con lucidez, lo más correcto sería que se retiren la etiqueta de periodista y abiertamente reconozcan que se han convertido en activistas dispuestos incluso a insultar a medio país solo por pensar diferente.