Abbott declara la invasión de Texas por la crisis migratoria
El Estado de la Estrella Solitaria invoca los poderes constitucionales en una histórica acción para combatir la avalancha de ilegales.
Desde que Joe Biden asumió la presidencia, 5,5 millones de inmigrantes ilegales cruzaron la frontera. El estado que más padece la entrada de ilegales es Texas, Por ello, el gobernador Greg Abbott anunció que invocará las Cláusulas de Invasión de las Constituciones de Estados Unidos y Texas para combatir la crisis migratoria en la frontera sur:
La Constitución de Estados Unidos "garantiza la seguridad de cada estado y protegerá a cada uno de ellos contra la invasión". Por su parte, la Carta Magna de Texas asegura al gobernador que "tendrá la facultad de repeler invasiones" como comandante en jefe de las fuerzas militares.
Abbott comunicó que acometerá acciones -incluidas en las cláusulas- como la activación de la Guardia Nacional y del personal del Departamento de Seguridad Pública de Texas para proteger la frontera o deportar y arrestar a los inmigrantes ilegales.
Otras de las medidas que llevará a cabo el gobernador del Estado de la Estrella Solitaria serán construir un muro en los condados limítrofes con México, desplegar barcos de defensa en la frontera o declarar a los cárteles de droga mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras.
Más de la mitad de los ciudadanos sostiene que Estados Unidos está sufriendo una "invasión" en la frontera sur. Este nuevo paso que dio Abbott también se puede justificar con que los inmigrantes ilegales tienen las mayores tasas de homicidios y agresiones sexuales.
Meses denunciando la "invasión"
En julio, cuatro condados de Texas denunciaron la invasión que se estaba produciendo en la frontera sur. Las autoridades de Terrell, Uvalde, Kinney y Goliad acusaron a Biden por su inacción y solicitaron al gobernador Abbott ayuda para hacer frente a la entrada masiva de inmigrantes ilegales. Días después los condados de Presidio, Maverick, Atascosa y Parker se sumaron a los cuatro anteriores.
A finales de agosto, ya eran 17 los condados de Texas que declararon una invasión en la frontera de México y Estados Unidos. Los jueces y comisionados de Atascosa, Chambers, Edwards, Ellis, Goliad, Hardin, Johnson, Kinney, Liberty, Live Oak, Orange, Parker, Presidio, Terrell, Tyler, Wilson y Wise expresaron su apoyo al gobernador Greg Abbott para proteger la soberanía de Texas y asegurar la frontera. Además, pidieron medidas adicionales para detener la invasión.
En septiembre, la Fundación de Políticas Públicas de Texas (TPPF) defendió que el estado declarase la invasión en la frontera sur. Greg Sindelar, director de la fundación, advirtió de los peligros de los cárteles mexicanos para el Estado de la Estrella Solitaria y consideró que Texas debe tomar esta determinación.
Críticas demócratas a Joe Biden: la frontera sur "no es segura"
Las críticas a la inacción en la cuestión migratoria de la Administración Biden llegaron incluso desde su propio partido. El representante demócrata de Texas, Henry Cuellar, le dijo a Fox News que la frontera sur "no es segura" -aunque la Casa Blanca diga lo contrario- y estimó que más de 5 millones de inmigrantes ilegales ingresaron en el país en los últimos dos años.
Previamente, la vicepresidente Kamala Harris afirmó que "la frontera es segura". En una entrevista, Harris también confirmó que la crisis fronteriza "es una prioridad" para la nación y para la Casa Blanca, frases que han sido replicadas frecuentemente por funcionarios de la Administración Biden.
Envío de autobuses
Una de las acciones que acomete Greg Abbott para combatir contra la crisis migratoria es el envío de autobuses a las conocidas como ciudades santuario. Los primeros traslados empezaron en abril fueron en dirección a Washington D.C. El 5 de agosto, Nueva York recibió su primer autobús de ilegales procedente de Texas. A finales de este mes, casi 9.000 inmigrantes ilegales ya habían llegado a ambas ciudades.
Chicago se convirtió en la tercera ciudad santuario en recibir autobuses con inmigrantes ilegales. La alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, se mostró "feliz" de acoger a los irregulares, pese a que días después conocimos su hipocresía por enviar a estos inmigrantes a una ciudad de su estado regida por un alcalde republicano. El autobús número 300 de inmigrantes ilegales enviado por Abbott llegó a la ciudad de Chicago hace pocos días.
Meses después de que Kamala Harris sugiriese que la crisis fronteriza "es una prioridad" para la Casa Blanca, la vicepresidente vio como un primer autobús con alrededor de 50 irregulares y, días después, otro con 47 llegaron a su residencia en Washington D.C.