ANÁLISIS
Reino Unido: las dudas en la izquierda británica retrasan la ley de muerte asistida
La retirada del proyecto de ley actual para revisarlo por parte de su promotora en el Parlamento retrasará al menos dos años más su aprobación y crecen las dudas de que una propuesta tan polémica salga adelante en pleno proceso electoral.

Enfermo en un hospital
La Ley de muerte asistida en Reino Unido entró en cuidados paliativos. La principal promotora de la iniciativa, la diputada laborista Kim Leadbeater, propuso retirar la norma de su tramitación en el Parlamento. Eso supone que el periodo de dos años estimado hasta su aprobación se verá, al menos, duplicado, lo que la haría coincidir con las próximas elecciones generales, un escenario que hace que crezcan las dudas de que un proyecto tan polémico salga adelante con las urnas en el horizonte.
Un portavoz de la legisladora apuntó que ésta "espera y cree que el servicio puede prestarse más rápidamente", pero que los cambios introducidos en el proyecto de ley desde el otoño significan que "inevitablemente llevará más tiempo ponerlo en práctica".
"Kim siempre ha tenido claro que es más importante hacer bien la legislación sobre la muerte asistida que hacerla rápidamente. El proyecto de ley contiene ahora salvaguardias aún más sólidas que cuando se presentó por primera vez, con una nueva comisión de muerte asistida voluntaria dirigida por un juez y paneles multidisciplinares para examinar cada solicitud. La aplicación de estas medidas llevará inevitablemente más tiempo. Pero el límite de cuatro años no es un objetivo, sino un tope. Kim espera y cree que el servicio podrá prestarse más rápidamente si se convierte en ley este mismo año".
Disputas en la Cámara de los Comunes y el propio Partido Laborista
La revisión del texto hará que los tiempos se alargen y se prevé que el servicio de muerte asistida empezaría a funcionar en 2029, año en el que deben celebrarse las próximas elecciones generales, un momento en el que los líderes del partido no serán muy propensos a jugarse los votos de los electores moderados por una ley de perfil radical.
De hecho, la redacción de la norma ya ha provocado disputas en la Cámara de los Comunes e incluso más allá. De hecho, el periodo puede ser superior a esos cuatro años, puesto que el proyecto de ley revisado no comenzará su tramitación hasta que sea aprobado por el comité correspondiente en el Parlamento.
Una retirada que "evidencia problemas más amplios"
La decisión de retrasar la tramitación generó un nuevo debate dentro del propio Partido Laborista. Por un lado, los más radicales, partidarios de la norma, y activistas proeutanasia expresaron su descontento, mientras que otros se mostraron de acuerdo con mejorar la norma para aumentar los apoyos. Sin embargo, legisladores más conservadores dentro del Laborismo señalaron que la retirada de la propuesta "evidencia problemas más amplios" en el texto.
El proyecto de ley permitiría a los enfermos terminales adultos de Inglaterra y Gales cuya muerte se prevea en un plazo de seis meses solicitar ayuda para poner fin a su propia vida. Los diputados votaron a favor de la propuesta en noviembre.
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