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La reforma judicial “viene a mejorar” la democracia en Israel

Luego de las masivas protestas contra la medida, el escritor argentino-israelí Gustavo Perednik dialogó con Voz Media para arrojar luz sobre el asunto, y acusó a la izquierda de no aceptar el resultado de las elecciones y de querer gobernar a través de los jueces.

Corte Suprema de Israel en Jerusalén. Imagen de archivo

Corte Suprema de Israel / Wikimedia Commons

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El escritor argentino-israelí Gustavo Perednik visitó Buenos Aires para brindar una serie de conferencias sobre las tensiones que se viven en Israel debido a la polémica en torno a la reforma judicial que quiere llevar adelante el Gobierno de derecha liderado por Benjamín Netanyahu.

Los opositores a la medida se movilizaron para protestar contra la coalición gobernante, llevando a cabo manifestaciones sin precedentes en el Estado judío, que en algunos casos incluyeron hechos de violencia. Aquellos que rechazan la propuesta suelen argüir que “es el fin de la democracia en Israel”. ¿Es así? Perednik dialogó con Voz Media durante su estadía en el país sudamericano, antes de regresar al Estado judío, para entender lo que está sucediendo en ese país.

El escritor respondió a los argumentos de los opositores, indicando que la reforma no acabará con la democracia. “Es exactamente lo contrario”, dijo. Y añadió que, en realidad, la medida “viene a corregir, a mejorar la democracia” en el Estado judío.

Perednik explicó que “Israel es el único país del mundo en el que los jueces se eligen a sí mismos. Tienen veto en la designación de jueces, y se transformaron en un club cerrado que generó una homogeneidad escandalosa”.

El intelectual también apuntó contra el promotor de “esta invasión activista sobre los otros dos poderes”, Aharon Barak, expresidente de la Corte Suprema de Israel. “Él veta jueces, no con base en su formación, sino a su pertenencia ideológica”, expresó Perednik. Y agregó: “De 15 jueces, 13 o 14 son todos izquierdistas, todos muy laicistas, todos viven en la misma zona, son todos multimillonarios. Es una casta”.

El escritor manifestó que los miembros de la Corte Suprema no se basan en la ley, sino “en lo que ellos llaman el criterio de la razonabilidad, es decir, los jueces en Israel dictaminan en base de los que les parece razonable”. Y citó al ministro de Justicia, Yariv Levin, que dijo que “estamos en las manos arbitrarias de los jueces”.

Perednik explicó que Israel es el único país del mundo donde la opinión del asesor legal no implica solo asesoramiento, sino que es vinculante. “Lo que dice el asesor, el Gobierno tiene que hacerlo y no puede defenderse frente a la Corte”, subrayó.

“Esto ha transformado a Israel en una ‘judicialocracia’, no en una democracia. Y esto es lo que la reforma viene a corregir”, indicó el intelectual. Y añadió que “no hay terreno en donde no intervenga” la Corte, llegando incluso a deponer ministros, al presidente del Parlamento, a vetar su designación y un largo etcétera. “En la práctica, gobiernan el país”, sentenció.

Según el intelectual, las decenas de miles de manifestantes que protestan en contra de la propuesta del Gobierno, “no tienen idea en qué consiste la reforma”.

Perednik sostuvo que el caos que han generado las manifestaciones en Israel “no tienen que ver con la reforma; la izquierda no acepta haber perdido las elecciones”, e indicó que esta corriente ideológica se considera “la encarnación de la verdad y la justicia”.

“El mensaje de la izquierda ya no lo cree nadie; nadie cree en el socialismo, nadie cree que el liderazgo palestino quiere paz con Israel”, razón por la cual “nunca van a ganar las elecciones”, y por este motivo, señaló, gobiernan a través de “los jueces y los funcionarios que se han enquistado en el poder”.

Respecto de la remoción del ministro de Defensa, Yoav Gallant, Perednik aclaró que la decisión no se tomó debido a que el exfuncionario se opone a la reforma, sino debido a que llamó a posponerla con el fin de llevar a cabo “un diálogo general” sobre el asunto. Sin embargo, debido a las masivas manifestaciones y a las grandes presiones, Netanyahu finalmente postergó la medida. El caos generado por la izquierda “no tenía límites”, comentó Perednik. Y agregó: “Bloqueaban las principales carreteras durante horas, tiraban piedras a ministros del Gobierno”, e incluso “amenazaban ante las cámaras con matar al primer ministro”.

El escritor criticó a Gallant porque “se generó una desobediencia al Ejército” por parte de algunos reservistas, algo que, señaló, “no tiene precedentes” en la historia de Israel. Esta situación, desde ya, es peligrosa para la existencia de Israel, país que quiere ser borrado del mapa por sus enemigos. De hecho, Perednik manifestó que un piloto militar retirado sostuvo que si la reforma judicial sale adelante, “no vamos a hacer una acción contra Irán”, a pesar del peligro que representa para el Estado judío la amenaza nuclear iraní.

El escritor también criticó el oportunismo del líder de la oposición, Yair Lapid, quien “hace unos años decía que la reforma es importante en Israel”, pero “ahora sale a decir que es el fin de la democracia”.

Perednik aclaró que “Israel necesita una Corte Suprema muy fuerte y muy independiente”, pero, sostuvo, “la que hay ahora es omnipotente”.

Si bien entiende que las manifestaciones volverán a producirse cuando avance la reforma, Perednik subrayó que “Israel tiene una prioridad número uno hoy que debe resolver, y eso se resume en tres palabras: Irán, Irán e Irán”. Y concluyó: “Cuando nos saquemos de encima la amenaza de una bomba nuclear sobre Israel, que los ayatolás proclaman por doquier, Netanyahu va a tener la total libertad de continuar con la reforma sin que le vengan amenazas de que no va a poder cumplir con la defensa básica del Estado de Israel”.

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