Miles de personas acudieron a la iglesia de Agios Elefterios de Atenas para dar su adiós al último rey de Grecia Constantino II, quien murió el 10 de enero tras sufrir un derrame cerebral cuatro días antes. Una ceremonia religiosa que se ofició por el rito ortodoxo por petición de la propia familia real helena. Tras el funeral, Constantino II será enterrado en el cementerio de Tatoi, a unas 12 millas de la capital.

La última monarca consorte, Ana María, y sus cinco hijos, Alexia, Pablo -quien asumirá la jefatura de la Casa Real-, Nicolás, Teodora y Felipe, estuvieron acompañados del resto de la familia real y de otras monarquías europeas.

La reina emérita Sofía de España, hermana de Constantino II, asistió acompañada de Juan Carlos I, rey emérito de España, y de los actuales monarcas Felipe VI y Leticia.

Otros monarcas europeos que acudieron al funeral de Constantino II fueron Margarita II de Dinamarca, Felipe de Bélgica o Carlos XVI de Suecia.

Los partidarios de la corona helena comenzaron a agruparse en las puertas del templo desde muy temprano para poder acceder a la capilla donde se encontraba el féretro del exmonarca.

Funeral de Estado

Pese a que en un primer momento el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, se negó a que el funeral de Constantino II tuviese un carácter de Estado, finalmente cedió tras la presión de la Iglesia Ortodoxa y de la numerosa presencia de la realeza europea y de los partidarios de la abolida monarquía helena.

Mitsotakis llegó a recibir multitud de críticas por su posicionamiento por parte de representantes políticos como el exprimer ministro Andonis Samaras.