El Departamento de Estado vigila una entidad cultural china por su "influencia maligna"
El Instituto Confucio, que cuenta con 550 centros en más de 150 países, está acusado de servir a los "fines políticos" del Partido Comunista.
"Símbolo de los esfuerzos incansables de China por la paz mundial y la cooperación internacional" según el presidente de China, Xi Jinping; "una entidad que promueve la campaña global de propaganda e influencia maligna de Pekín en los campus de EEUU", para el Departamento de Estado. El Instituto Confucio, una entidad cultural del país asiático con más de 550 centros en todo el mundo, afronta un periodo de incertidumbre y numerosos cierres por las sospechas sobre sus verdaderos fines y servir de propaganda al régimen comunista.
Esta institución es la versión china del Goethe-Institut alemán, el British Council, o el Instituto Cervantes español. En ella, oficialmente, se ofertan clases de idiomas y programas de intercambio cultural. Suelen encontrarse en universidades y son un eje fundamental para la política cultural de Pekín, que lo está promocionando de manera importante. De hecho, en apenas 20 años alcanzaron los 550 centros en más de 150 países. El primero fue abierto en Corea del Sur en 2004.
"Una amenaza"
En estos momentos, la situación es muy diferente. La agresividad China en política exterior, y sus crecientes injerencias en terceros países, han puesto en el punto de mira a estos centros. Cada vez son más los críticos occidentales que se refieren a ellos como "una amenaza".
Es el caso de la ministra de Educación de Alemania, Bettina Stark-Watzinger, quien denunció que "estaban siendo utilizados por el Partido Comunista con fines políticos". Desde el Ministerio de Interior del país germano advirtieron de que cualquier cooperación entre las universidades alemanas y los Institutos Confucio era "extremadamente crítica desde el punto de vista de la seguridad" y corría el riesgo de "restringir insidiosamente la libertad académica".
Contratos secretos con el gobierno chino
Además, La National Association of Scholars (NAS), con sede en EEUU, publicó un informe en el que asegura que algunas universidades firmaron contratos secretos con el gobierno chino, en el que otorgaban a Hanban, -la autoridad que supervisaba los institutos- el "poder de contratar a los profesores, seleccionar los planes de estudio y ejercer el poder de veto sobre todos los programas y eventos del Instituto Confucio".
En 2020, el Gobierno de EEUU cambió la designación de la sede del Instituto a "misión diplomática" con el objetivo de obligar a Hanban a rendir más cuentas. China eliminó esta figura, tan criticada, y creo en su lugar una fundación no gubernamental para supervisar el trabajo de los institutos. Pekín esperaba "disipar "la interpretación errónea de Occidente de que la organización servía como máquina de marketing ideológico de China", según publicó el Global Times chino.
En la actualidad, tan sólo 14 de los 118 centros que llegaron a inaugurarse en suelo estadounidense continúan abiertos.