Varios estados se oponen al utópico plan de Biden con los vehículos eléctricos
El presidente quiere que estos modelos dominen las carreteras pese a que ni las infraestructuras ni los propios coches están preparados para ello.
La semana pasada, el presidente de Toyota, Akio Toyoda, apuntó que existe un numeroso rechazo a los carros eléctricos y a la posición que está dispuesta a adoptar la Administración Biden al respecto. La intención del presidente es que este tipo de vehículos dominen el mercado y las carreteras de Estados Unidos.
Para ello, Joe Biden dota con miles de millones en subvenciones a los ciudadanos para que adquieran estos modelos -la Ley de Infraestructuras del pasado año incluyó 7.500 millones en ayudas a los estados para que ampliaran sus redes de carga-. El secretario de Transporte, Pete Buttigieg, reclamó en febrero que "Estados Unidos debía liderar la revolución de los vehículos eléctricos" y dijo que La Ley de Infraestructura que anunció el presidente "nos ayudará a ganar la carrera de carros eléctricos al trabajar con los estados, los trabajadores y el sector privado para implementar una histórica red de carga a nivel nacional que hará que la carga de vehículos eléctricos sea accesible para más estadounidenses".
Ahora, a ese rechazo existente a los vehículos eléctricos que detalla Toyoda se suma la oposición de varios estados. Y cada uno con sus propios argumentos.
"El frío reduce la autonomía de los vehículos eléctricos"
Según el Wall Street Journal, Maine explicó a la Administración Federal que "el frío reduce la autonomía de los vehículos eléctricos": por debajo de los 5 grados, sólo alcanzan poco más de la mitad de su autonomía. Es decir, un carro que tiene capacidad de recorrer 250 millas entre recargas, tan sólo hará 135 millas. También detalló que los tiempos de carga de los automóviles aumentan.
Otro estado que discrepa de la posición de Joe Biden es Illinois, que advirtió de los "problemas relacionados con la capacidad de la red eléctrica, sobre todo en las zonas rurales del estado". El Departamento de Transporte exige que, en las aproximadamente 75.000 millas de autopistas interestatales que hay en todo el territorio, haya una estación de carga cada 50 millas. Con lo que no cuenta la Administración Federal es con que las redes eléctricas del país no están diseñadas para soportar tantos puestos de recarga.
"Serán inútiles"
El Wall Street Journal también recoge la posición de Nuevo México sobre el hipotético dominio del vehículo eléctrico, que alude a la inutilidad de las estaciones de recarga en ciertos puntos de las carreteras:
En junio, Biden propuso la construcción de una red nacional con 500.000 estaciones de recarga para vehículos eléctricos para antes de 2030, sin precisar la ubicación de cada una de ellas.
Respecto a la afirmación del secretario de Transporte de que colaborarían con el sector privado, Arizona afirmó que "las empresas privadas pueden construir y explotar una estación si una subvención sufraga los cinco primeros años de funcionamiento y mantenimiento", pero si el proyecto resulta poco rentable, lo abandonarían y no habría quién lo gestionaría.
Problemas técnicos y requisitos laborales
Virginia hace referencia a los problemas técnicos que sufre cada estación. Según dice, su hardware "tiene un corto historial" y es "propenso a fallos de funcionamiento". Y añade:
Investigadores de una universidad de California se apoyaron en las pruebas de Virginia y descubrieron que más de una cuarta parte de las estaciones públicas de carga rápida de corriente continua de la bahía de San Francisco eran inutilizables.
Por otro lado, la Administración exige que cada operario eléctrico que instale y se encargue del mantenimiento de las estaciones de carga tengan certificado el Programa de Formación en Infraestructuras de Vehículos Eléctricos.