Desde que comenzara la invasión de Rusia a Ucrania, el gobierno de Volodomir Zelensky ha solicitado sin éxito misiles de largo alcance a sus aliados occidentales. Tras más de un año, el Reino Unido terminó oficialmente con la espera, ya que comenzaron a enviar misiles de tipo Storm Shadow, capaces de alcanzar objetivos a más de 300 kilómetros de distancia.
El hada madrina fue Ben Wallace, ministro de Defensa del Reino Unido, quien confirmó el envío ante la Cámara de los Comunes. En cuanto al por qué del envío, se justificó asegurando que la donación “le da a Ucrania la mejor oportunidad de defenderse contra la continua brutalidad de Rusia, especialmente el ataque deliberado a la infraestructura civil ucraniana, lo cual va en contra del derecho internacional”.
A su vez, el funcionario aseguró que "Ucrania tiene derecho a poder defenderse de esto" y que los misiles se utilizarían "dentro del territorio soberano ucraniano". Precisamente, esta era una de las mayores preocupaciones de los Estados Unidos a la hora de enviar este tipo de armas, dado que temía que pudieran ser utilizadas para atacar territorio soberano ruso.
"Estas armas darán a Ucrania una nueva capacidad, los miembros deben reconocer que estos sistemas ni siquiera están en la misma liga que el misil hipersónico ruso AS-24 killjoy", o "incluso el misil de crucero Kalibr con un alcance de más de 2.000 kilómetros, aproximadamente siete veces el de un misil Storm Shadow", continuó Wallace.
El arribo de los misiles viene a cumplir una promesa del primer ministro Rishi Sunak, quien prometió en febrero que serían el primer país en enviar misiles de larga distancia a Ucrania. “Sencillamente, no nos quedamos de brazos cruzados mientras Rusia mata a civiles”, indicó el británico en ese momento.
WATCH: UK Defence Secretary Ben Wallace confirms delivery of Storm Shadow to Ukraine. pic.twitter.com/fx70hsqChS
— Artoir (@ItsArtoir) May 11, 2023
¿Qué es un misil de tipo Storm Shadow?
En cuanto a sus características físicas, mide un poco más de 5 metros de largo, pesa 1,3 toneladas (1.300 kilos) y tiene una capacidad de ataque a más de 300 kilómetros de distancia, lo que lo convierte en un arma muy útil.
Fue desarrollado en 1994 como parte de un proyecto conjunto entre Francia y el Reino Unido, con un coste aproximado de 2 millones de libras por pieza. Actualmente son fabricados en la ciudad de Stevenage por la compañía MBDA.
Una vez lanzado, el misil no se puede controlar, autodestruir ni cambiar su objetivo, lo que lo convierte en uno de tipo Dispara y Olvida. Una vez disparado, seguirá una ruta semiautomática hacia su objetivo, aunque previo al impacto sube un poco para luego sumergirse en dicho objetivo. La finalidad de esto es lograr una mejor probabilidad de identificación y penetración de su “víctima”.
