Mientras Francia arde, la ONU pide investigar el racismo policial

La Organización de las Naciones Unidas pidió abordar este asunto, el mismo que los terroristas callejeros han utilizado como coartada.

Mientras la violencia y el terrorismo callejero -provocado por jóvenes vándalos- se apodera de las calles de toda Francia, la Organización de las Naciones Unidas pidió al país europeo que "aborde seriamente los problemas profundamente arraigados del racismo y la discriminación racial entre las fuerzas del orden".

Los agitadores utilizan la muerte de un joven delincuente de 17 años durante un control de Policía como pretexto para destruir el país europeo. El descontrol en las calles es tal, que 40.000 agentes de las fuerzas del orden tuvieron que ser desplegados (incluidas unidades de élite y aéreas).

Sin embargo, la acción policial para afrontar el caos provocado en las calles parece no ser percibido por la ONU que centra sus críticas no en los terroristas callejeros sino en la actuación de la policía francesa. Ravina Shamdasani, portavoz del Alto Comisionado de la organización para los Derechos Humanos, pidió investigar cualquier posible uso excesivo de la fuerza por parte de los oficiales:

Ahora es el momento de que el país aborde seriamente los problemas profundamente arraigados del racismo y la discriminación racial entre las fuerzas del orden.

Caos en Francia y el regreso de Macron

Por tercera noche consecutiva se produjeron enfrentamientos entre los terroristas callejeros y la policía. También se evidencian en redes sociales imágenes que muestran a los jóvenes incendiando las calles, vehículos, instalaciones, saqueando tiendas, quemando bibliotecas, comisarias de policía y hasta abriendo las puertas del Zoológico de París. 

La lista de lugares destrozados es cada vez más larga: Nanterre, París, MarsellaLyon, Toulousse, Lille, Montreuil, Besançon, Rennes, entre otros.

Al menos 875 personas fueron detenidas y 249 policías están heridos, según informó el ministro de Interior francés, Gérald Darmanin, y agregó que los agentes se han "enfrentado con valentía a una violencia poco frecuente".

El presidente francés, Emmanuel Macron, tuvo que abandonar Bruselas (Bélgica) -donde se encontraba en cumbre de la Unión Europea- para asistir a una nueva reunión de crisis interministerial que convocó en París. Allí, el mandatario pidió a los padres de los alborotadores tener responsabilidad sobre las acciones de sus hijos y mantenerlos en casa (la mayoría de los vándalos tienen entre 14 y 18 años):

El contexto que estamos viviendo es el resultado de grupos organizados y equipados, pero también de muchos jóvenes (...) Un tercio de los detenidos son jóvenes o incluso muy jóvenes (...) Es responsabilidad de los padres mantenerlos en casa. Apelo al sentido de responsabilidad de las familias.

El presidente calificó los sucesos como una "situación inaceptable" y declaró que "nada justifica la violencia". También alegó que "las plataformas y las redes juegan un papel muy importante". Las próximas acciones del Gobierno francés se desvelarán a lo largo del día.