Los europeos rechazan las medidas de la agenda climática

A pesar de que la mayoría manifiesta su preocupación por el cambio climático, un número importante se niega a tener menos hijos o dejar de comer carne.

Los europeos no quieren someterse a los dictados del alarmismo climático. A pesar de que la mayoría manifiesta su preocupación (entre el 60% en Suecia y el 81% en Italia) por los efectos del cambio climático, un número significativo rechaza las propuestas como dejar de comer carne o tener menos hijos para combatirlos.

"No" a dejar la carne y los lácteos o a tener menos hijos

Esos son los resultados de una encuesta de Yougov para The Guardian, en la que se preguntó a 9.000 ciudadanos de diferentes países su opinión sobre el cambio climático y qué medidas adoptarían para mejorar la salud del planeta. El sondeo indicó que los habitantes del viejo continente estarían dispuestos -en algunos casos, muy dispuestos- a aceptar ayudas oficiales para la construcción de viviendas sostenibles, la prohibición de las bolsas de plástico, o que se endurezcan las restricciones a los combustibles fósiles, pero no a grandes cambios en su estilo de vida.

En este sentido, el respaldo a eliminar la carne y los lácteos de la dieta de manera radical apenas consigue la aprobación de entre el 10% de los alemanes y el 19% de los italianos. Si se suaviza la cuestión preguntando sobre limitar la ingesta carne un máximo de tres veces por semana, el apoyo aumenta, aunque sigue siendo minoritario: entre el 28% en Alemania y el 48% en Italia, de nuevo la más proclive a este tipo de propuestas.

Los europeos tampoco ven con buenos ojos tener mejor hijos de los que les gustaría por el bienestar de La Tierra. Según Yougov, de nuevo Alemania e Italia son los ejemplos extremos en cuanto aceptación. Tan sólo el 9% de los germanos respaldaría esta iniciativa, mientras que el 17% de los transalpinos estaría dispuesto.

Rechazo generalizado a aumentar los impuestos sobre los combustibles fósiles

Lo relativo a la limitación o eliminación del uso de los combustibles fósiles, o al cambio a vehículos menos contaminantes, como el vehículo eléctrico o las bicicletas tampoco es demasiado bien recibido. Los italianos, otra vez, son los más entusiastas con la idea de cambiar su auto por uno eléctrico (40%). Los alemanes vuelven a ser los más reacios (19%).

Aparcar el auto en beneficio del transporte público, los desplazamientos a pie o en bicicleta, sin embargo produce una amplia disparidad entre los países. Los españoles (44%) italianos (40%) y franceses (35%), son los que más apoyan el cambio. En el lado opuesto se encuentran Alemania (24%), Gran Bretaña (22%), Suecia (21%) y Dinamarca (20%). Además, el 25% de los franceses y el 28% de los alemanes dijeron que ya caminaban, iban en bicicleta o utilizaban el transporte público en lugar del coche.

Lo que concitó el rechazo mayoritario en todos los países fue la propuesta de aumentar los impuestos sobre los combustibles fósiles. Aunque también es rechazada en la mayoría de los países encuestados, la prohibición de los automóviles que utilizan combustibles fósiles, contó con más apoyos que objeciones en España y en Italia. En Francia y Alemania, sin embargo, la oposición supera el 60%, duplicando a quienes respaldan la medida.