La Comisión de Bolsa y Valores (SEC) impuso una multa de 4 millones de dólares a JPMorgan Chase después de que el gigante financiero reconociera que eliminó -por error- alrededor de 47 millones de correos electrónicos que iban dirigidos a sus clientes.
Según la SEC, estos correos deberían conservarse durante un mínimo de tres años, ya que contenían informaciones de "registros comerciales" relacionadas con documentos y datos personales de los clientes:
Dado que los registros borrados son irrecuperables, se desconoce -y no se sabe- cómo los registros perdidos pueden haber afectado a las investigaciones regulatorias (...) Los documentos perdidos podrían estar relacionados con posibles investigaciones futuras, asuntos legales y consultas regulatorias.
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Los registros fueron eliminados en junio de 2019 en más de 8.700 buzones de correo:
Este procedimiento tiene su origen en el borrado por parte de JPMorgan de aproximadamente 47 millones de comunicaciones electrónicas en alrededor de 8.700 buzones electrónicos relacionados con el período del 1 de enero al 23 de abril de 2018, muchas de las cuales eran registros comerciales que debían conservarse de conformidad con la Sección 17(a) de la Exchange Act y la Regla 17a-4(b)(4) de la misma.
Eliminaron erróneamente millones de correos electrónicos
Según el gigante financiero, los empleados eliminaron "erróneamente" los correos, mientras realizaban una limpieza de su base de datos. El Departamento de Tecnología de la empresa indicó tener la creencia de que los documentos estaban codificados para impedir una la eliminación permanente.
La SEC indicó que esto no es una justificación, ya que, a pesar de esto, "el proveedor no aplicó la configuración de retención predeterminada en un dominio de correo electrónico".
Esta es la tercera vez que JPMorgan Chase es multado por eliminar registros electrónicos. En 2021, pagó 125 millones de dólares por no preservar mensajes de texto y otras comunicaciones de los años 2018 y 2020. En 2005, la firma fue multada con 700.000 dólares por eliminar registros electrónicos de 1999 a 2002.
La entidad financiera asumió la responsabilidad y pagará la cantidad correspondiente.
