Cuando Gustavo Petro prestó juramento como presidente de Colombia el año pasado, una de sus promesas fue conseguir la "paz total" para el país. Sin embargo, desde que el exguerrillero está en el poder, la nación está sumida en una escalada de violencia y un evidente descontrol en materia de seguridad.
De acuerdo con un reporte publicado por el Financial Times, si se compara el primer año de presidencia de Petro, con los últimos 12 meses de la Administración de Iván Duque, los secuestros han aumentado más del 80% y las extorsiones han crecido un 27%.
Algunos expertos atribuyen el alarmante incremento de la violencia en Colombia al cambio de tácticas de los grupos armados y las malas estrategias del presidente.
Elizabeth Dickinson, analista senior para Colombia de International Crisis Group, explicó que la promesa de “paz total” de Petro ha actuado incluso como un catalizador para que grupos armados y criminales intensifiquen sus operaciones, pues la ausencia de una presión militar significativa les ha proporcionado la libertad de rearmarse y reclutar sin restricciones.
“Grupos armados y criminales intensificaron operaciones para consolidar territorio y mejorar su posición negociadora antes de que Petro asumiera el poder. Los altos al fuego que declaró [Petro] en el primer semestre de este año constituyeron un regalo táctico para estos grupos. Sin ningún ejército que los presionara, eran libres de rearmarse, reclutar y reabastecerse”, expresó la experta.
La falta de control territorial por parte del Estado ha llevado a un aumento en la desconfianza pública. Pero a pesar de las críticas y el evidente fracaso en la implementación de las nuevas políticas, Petro sigue comprometido con su visión, insistiendo en que cambiar de rumbo "allanaría el camino para un nuevo ciclo de violencia".
Colombia’s leader promised ‘total peace’. Then violence surged https://t.co/rjZXfkzwl4
— FT World News (@ftworldnews) November 23, 2023
La desaprobación de Gustavo Petro
Según la más reciente encuesta de Datexco para W Radio, el presidente Gustavo Petro enfrenta su nivel más alto de desaprobación desde que asumió el cargo, alcanzando un 66%.
Además, la encuesta abordó la cuestión de los persistentes secuestros por parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN), y un 59% de los encuestados opinó que, si esta situación persiste, el Gobierno debería considerar levantar la mesa de negociación.
Estos resultados subrayan una vez más la marcada desaprobación de la población hacia las políticas de Petro y señalan la creciente preocupación pública ante los desafíos en materia de seguridad y negociación con grupos armados.
