Lo usuarios dejan en evidencia la tendenciosidad antiisraelí del polémico António Guterres.

Las redes sociales han obrado nuevamente su magia logrando dejar en ridículo y exponiendo el sesgo antiisraelí de António Guterres, secretario general de Naciones Unidas. El lunes, la cuenta oficial de la ONU en X publicó una serie de citas de la conferencia de prensa que dio Guterres ese mismo día, una de las cuales decía: "Estamos siendo testigos de una matanza de civiles que no tiene paralelo ni precedentes en ningún conflicto desde que soy secretario general". Rápidamente, el mecanismo de contextualización y chequeo que posee la red social, conocido como notas de la comunidad, que permite a los usuarios proporcionar contexto adicional para "publicaciones que podrían ser engañosas", se encargó de desmentir a Guterres con una catarata de datos que el burócrata omitió con descaro. 

Los usuarios de X hicieron el trabajo que deberían hacer quienes comparten oficina con el secretario general, es decir, los representantes de los países libres y democráticos que, año tras año, asamblea tras asamblea, escuchan impasibles sus mentiras sin siquiera confrontarlo. Pero lo que la diplomacia internacional omite, las redes lo exponen, así que distintas cuentas de X comenzaron a postear datos oficiales que contradecían lo dicho  por el socialista portugués. Explicaron que Guterres asumió el cargo en 2017 y que para ese año dos guerras particularmente crueles, la de Siria y la de Yemen, habían provocado ya cientos de miles de muertes, y que, según los propios registros de la ONU, solo en 2022 murió un niño cada siete minutos en el conflicto yemení.

Otro usuario de X recordó que más de 6.000 civiles iraquíes fueron asesinados en 2017, y que en ese año murieron 39.000 sirios, entre ellos 10.507 civiles. Otras notas reprodujeron las estadísticas de distintas guerras en Asia y África que parecen no ser importantes para el controvertido secretario general. Así, el escritor Hen Mazzig respondió con este tuit:

Ante el escándalo, un portavoz del secretario general trató de disimular el furcio argumentando problemas de interpretación de la audiencia, atajo que los disculpadores de Guterres tienen que utilizar a menudo para decir que no dijo lo que dijo. El portavoz dijo a distintos medios que Guterres "estaba hablando claramente de las víctimas entre los niños", y que "aunque utilizó la palabra civiles en la última frase, el enfoque de lo que estaba diciendo y las estadísticas que proporcionó fueron de muertes infantiles".

Pero, sin empacho de condenar a Israel cada vez que puede, Guterres también sostuvo que no iba a entrar en "discusiones sobre la exactitud de las cifras publicadas por las autoridades de facto en Gaza", cosa que no se condice con sus afirmaciones alarmistas del comienzo. Pero es que el mandamás de ONU tiene claro que está usando cifras del Ministerio de Salud de Gaza, controlado por la dictadura gazatí, que informa que 11.000 personas han muerto en la Franja desde que Israel comenzó su campaña en respuesta al ataque terrorista del 7 de octubre. Por otro lado, la cifra del Ministerio no distingue entre muertes de combatientes y civiles, ni especifica las causas. Sumado a esto, la afirmación de Guterres olvida aclarar que Hamás impidió deliberadamente que los palestinos salieran de Gaza con el objetivo de utilizarlos como escudos humanos, y que eso es un crimen de guerra adjudicable a los terroristas y no al ejército israelí.

La ONU lleva décadas subvirtiendo el derecho de defensa israelí, y utilizando una doble vara en los conflictos armados cuando se trata de Israel. Clara muestra es su última resolución sobre el conflicto, en la que no decía que Israel tiene derecho a la autodefensa ni condenaba a Hamás. Pero Guterres lleva semanas atacando preventivamente a Israel; a raíz del atentado de octubre, sugirió que Israel era culpable de la masacre afirmando: 

Nada puede justificar el asesinato, las heridas y el secuestro deliberado de civiles, o el lanzamiento de cohetes contra objetivos civiles. Todos los rehenes deben ser tratados humanamente y liberados inmediatamente y sin condiciones. Observo con respeto la presencia entre nosotros de miembros de sus familias. Excelencias, es importante reconocer también que los ataques de Hamás no ocurrieron en el vacío. El pueblo palestino ha sido sometido a 56 años de ocupación asfixiante.

Al respecto, la organización UN Watch presentó un informe detallado sobre la animadversión de las Naciones Unidas hacia el Estado judío donde se informa de lo siguiente: 

El Consejo de DDHH no ha adoptado ninguna resolución sobre violadores en serie de los derechos humanos como China, Pakistán, Qatar, Arabia Saudita, Turquía, Zimbabue y Cuba. Adoptó 2 resoluciones condenatorias sobre Sudán, 3 sobre Venezuela, 12 sobre Eritrea, 14 sobre Irán, 16 sobre Corea del Norte, 42 sobre Siria y 103 sobre Israel.

Por otra parte, el representante permanente de Israel ante las Naciones Unidas, Gilad Erdan, ha pedido la dimisión de Guterres por perder "toda moralidad e imparcialidad", y afirmado que el portugués "distorsiona y retuerce la realidad". Los pares de Guterres y la misma ONU deberían sancionar a un personaje tan sesgado; sin embargo, ha sido la sociedad, la comunidad, la que ha expuesto su hipocresía. Los burócratas no están a salvo cuando hay libertad de expresión y las redes sociales son libres, y a esto se debe esa insistencia en censurarlas y controlarlas.

La profesora Anne Bayefsky, presidente de la ONG Human Rights Voices y directora del Institute on Human Rights and the Holocaust del Touro College, afirma:

La realidad es que en los últimos 75 años los enemigos de Israel se han apropiado del aparato de las Naciones Unidas para destruir al Estado judío. Dos días después del horror del 7 de octubre, el embajador paquistaní, en nombre de la Organización de Cooperación Islámica, dijo ante el Consejo de DDHH, máximo organismo de derechos humanos de la ONU, que se trataba de una ocupación de 75 años (lo que significa que la mera existencia de Israel es una ocupación).

No son pocas las voces que se han levantado en estos años para criticar el papel de ONU en la guerra que Israel libra por su derecho a existir. Pero los alineamientos ideológicos de Guterres parecen estar presionando más allá del hipócrita recato que el encumbrado líder socialista solía mostrar. Al respecto, Bayefsky sostuvo que la ONU "se ha convertido en un facilitador del terrorismo", y lo cierto es que no es la primera vez que Guterres entra en conflicto con Israel. Cuando Donald Trump reconoció a Jerusalén como capital de Israel, se quejó amargamente, y durante los ataques desde Gaza hacia Israel de 2021 pidió investigar las posibles violaciones de derechos humanos por parte del Ejército israelí, lo que provocó la ira del Gobierno del entonces primer ministro Yair Lapid, que calificó el informe de ONU como "parcial, falso y flagrantemente subjetivo".

En esta ocasión no son la diplomacia internacional ni los medios masivos quienes confrontan a Guterres, sino, justamente, la comunidad, esa mayoría que no está dotada de fueros, privilegios ni responde a las influencias de intereses burocráticos, quien expone sus mentiras y su cinismo. Es la comunidad la que ha dicho que Guterres está desnudo, aunque ONU no quiera admitirlo.