Una activista trans defenderá ante la Corte Suprema tratamientos y bloqueadores de la pubertad para menores
El caso , US v. Skrmetti , impugna una ley de Tennessee que prohíbe tratamientos, incluida la terapia hormonal y los bloqueadores de la pubertad, para niños.
La activista transgénero Chase Strangio defenderá este miércoles ante la Corte Suprema la terapia hormonal y los bloqueadores de la pubertad para menores de edad. Se trata de la primera persona trans conocida que comparecerá ante la Corte Suprema.
“El caso, US v. Skrmetti, impugna una ley de Tennessee que prohíbe tratamientos, incluida la terapia hormonal y los bloqueadores de la pubertad, para menores transgénero e impone sanciones civiles a los médicos que violen esas prohibiciones”, reseñó CNN.
Se trata de un caso que, de tener un fallo favorable, podría abrir el camino para cambiar la situación en al menos 26 estados que restringen los tratamientos en protección de los niños.
“Tennessee, como muchos otros estados, actuó para garantizar que los menores no reciban estos tratamientos hasta que puedan comprender plenamente las consecuencias de por vida o hasta que la ciencia se desarrolle hasta el punto en que Tennessee pueda adoptar una visión diferente de su eficacia”, escribieron los abogados del estado en los documentos presentados ante el tribunal.
Strangio tiene un hijo de 12 años, un padre al que ha calificado como un “ferviente votante de Trump que mira Fox News” y un hermano veterano del ejército con el que, dice, tiene una relación cercana.
En ese sentido, Strangio impulsa la agenda LGBT desde la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles. Según explicó The Telegraph, creció en las afueras de Boston y se declaró trans cuando estaba en la facultad de derecho.
“El Sr. Strangio fue criticado por su postura sobre cuestiones relacionadas con los espacios exclusivos para mujeres después de decir que a las mujeres trans se les debería permitir usar los baños de mujeres”, resaltó The Telegraph.
Además, ha sido criticada por hacer llamados para cancelar la literatura crítica con la denominada agenda de género.