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Víctimas del 7 de octubre presentan una denuncia en Nueva York contra una agencia de ONU por complicidad con Hamás

Afirman que la UNRWA desvió fondos destinados a ayuda humanitaria para financiar a Hamás y que ayudó al grupo terrorista a cometer asesinatos, torturas y violaciones. 

UNRWACordon Press

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Más de 100 israelíes, víctimas de la masacre del 7 de octubre, presentaron una denuncia ante el Tribunal Federal de Nueva York contra la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés). Los denunciantes alegan que el organismo brindó asistencia para el genocidio, cometió crímenes contra la humanidad, torturas y violaciones durante el ataque terrorista perpetrado por Hamás en el sur de Israel.

La denuncia detalla una operación de lavado de dinero llevada a cabo por la UNRWA para financiar a Hamás. De acuerdo con el escrito, la maniobra realizada por la agencia derivó en que parte de los recursos enviados para ayudar a la población en la Franja de Gaza terminaran en manos del grupo terrorista.

Los denunciantes también afirman que la UNRWA permitió a Hamás cavar túneles y establecer centros de comando bajo las instalaciones de la agencia, y que sus empleados incluso participaron en la masacre del 7 de octubre.

En lugar de recibir los pagos de ayuda en la moneda local (el shekel israelí), la UNRWA insistió en que el dinero fuera entregado en dólares estadounidenses, ya que se trata de una divisa que los residentes de Gaza no podían utilizar. Junto con el costo y el riesgo de transportar 20 millones de dólares al mes en efectivo a la Franja, este programa requería que los beneficiarios de la ayuda pagaran a los cambistas de Hamás comisiones de entre el 10% y el 20% para convertir sus dólares en shekels.

Este plan de pago redujo el valor real de la ayuda a los residentes de Gaza entre 2,000,0000 y 4,000,000 de dólares al mes y aumentó los ingresos mensuales de Hamás en esa cantidad.

Los dólares también eran usados por el grupo terrorista para pagar a los contrabandistas y traficantes de armas, que no aceptan shekels como forma de pago. 

“Lo único que queda es luchar para que los responsables de haber fortalecido a Hamás rindan cuentas”

Dos de los denunciantes, Gadi y Rauma Kedem, que perdieron familiares durante la masacre, afirmaron en declaraciones recogidas por Ynet que "no hay dolor en el mundo que se compare con el de enterrar a tus hijos y nietos que fueron asesinados y estrangulados en su propia casa". Y agregaron: “Lo único que queda es luchar para que los responsables de haber fortalecido a Hamás rindan cuentas”.

Otro de las denunciantes es Ditza Heiman, de 84 años, que fue liberada por Hamás tras haber estado 54 días secuestrada. La mujer reveló que el terrorista que la mantuvo como rehén “trabajaba como maestro en una escuela de la UNRWA". Y añadió que la agencia “sabía que estaba contratando terroristas y que sus fondos e instalaciones estaban siendo utilizados para la violencia”. Asimismo, calificó de “maligno y trágico” el hecho de que el organismo de la ONU se dedique a radicalizar a una generación de niños en Gaza. 

Las acusaciones contra la UNRWA

Según algunas de las acusaciones indicadas en la denuncia, la UNRWA facilitó la construcción de centros de comando de Hamás, túneles de ataque y búnkeres subterráneos debajo de la sede de la agencia, escuelas, clínicas y oficinas del organismo.

Además, la UNRWA permitió el establecimiento de centros de almacenamiento y despliegue de armas en su sede, escuelas, clínicas médicas, oficinas, depósitos y otras instalaciones.

La agencia, prosigue la denuncia, ayudó además a que se instalaran plataformas de lanzamiento de cohetes y puestos de disparo para terroristas dentro o cerca de escuelas, clínicas y oficinas de la UNRWA, en una clara violación del derecho internacional humanitario.

La demanda señala además que la UNRWA continúa brindando ayuda sustancial a Hamás a pesar de las objeciones realizadas dentro de la misma ONU.

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