Alerta climática: el engaño tras del consenso científico del 97% es "un valor de marketing"
A raíz de los resultados del informe Cook de 2013, líderes y políticos mundiales se aferran a un consenso con trampa para justificar medidas medioambientales severas.
Detrás de las políticas medioambientales y del discurso político ecoalarmista, los voceros de estas teorías se escudan en varios informes que aseguran un amplío consenso científico del 97% en torno el impacto humano sobre el cambio climático. La concordancia en este grado sobre el AGW (calentamiento global antropogénico) y con esta cifra precisa proviene en parte del estudio de John Cook de 2013, un activista climático citado en numerosas ocasiones por los líderes mundiales.
El informe Cook, que analiza en torno al millar de artículos sobre ciencia, asegura que entre aquellos que expresan una postura sobre el AGW, un porcentaje del 97% respalda el consenso científico sobre el papel vinculante del humano en el calentamiento global. Otro artículo más, anterior al de Cook, también dio el dato del 97%, popularizando el dato en los discursos ecologistas.
El 97% es "marketing"
Sin embargo, varios análisis posteriores sobre el trabajo de Cook y su metodología desmienten el popular dato del 97% de consenso entre la comunidad científica. De acuerdo con Earl J. Ritchie, ejecutivo jubilado del sector energético y docente en la Universidad de Houston, la conclusión de Cook es errónea. Ritchie cree que el valor del 97% se ha convertido en un "valor de marketing" de las campañas ecoalarmistas.
"Suena preciso y dice que sólo el 3% no está de acuerdo. Implícitamente, ese pequeño número que no está de acuerdo debe estar fuera de la corriente dominante: chiflados, detractores crónicos o cómplices de la industria de los combustibles fósiles. A menudo se les describe como una 'pequeña minoría'. No es tan fácil descartar a los disidentes si el número es del 10% o el 15%", aseguró el experto en su análisis del famoso dato.
La dificultad en cuantificar el consenso a través del análisis de Cook consiste en que en muchas ocasiones, el propio equipo que elaboró el estudio saca sus conclusiones de los artículos analizados para destacar si bien o si no el autor apunta al humano como principal causante del cambio climático. Cook creó una categoría denominada "apoyo explícito sin cuantificación", es decir, artículos en los que el autor, según admite Cook, no aclara si el 1%, el 50% o el 100% del calentamiento está causado por el humano. Tan sólo, el autor reconoce que el humano tiene alguna implicación. También estableció una categoría denominada "apoyo implícito", para artículos que insinúan que existe algún calentamiento global causado por el hombre, pero no lo cuantifican.
Protestas de los científicos
En este sentido, según recogió Forbes, una serie de autores con artículos analizados por Cook, protestaron en contra de las conclusiones que el estudio del activista climático sacó de sus trabajos. Richard Tol, Craig Idso, Nir Shaviv o Nicola Scafetta fueron algunos de ellos.
En segundo lugar, y según figura en el abstracto del estudio Cook, la metodología de análisis divide en varias categorías los artículos analizados. Sin embargo, aunque se recuente aquellos que no tienen une postura clara y definitiva sobre el impacto humano en el medio ambiente, el estudio Cook no los tiene en cuenta para elaborar su porcentaje del 97%. En concreto, el 66,4% de los ensayos no expresaron conclusiones sobre el AWG, y tal solo el 32,6% del total sí que lo hicieron a favor del consenso al que apela Cook.
Un estudio desacreditado
Pese a las concepciones erróneas, los políticos hicieron suyas las conclusiones de Cook en sus discursos. El presidente Barack Obama y su secretario de Estado, John Kerry, son los dos mayores exponentes de esta situación. El presidente Obama, pese a las advertencias, usó este porcentaje del 97%.
Pese a las desacreditaciones hechas sobre el trabajo de Cook, su estudio sigue siendo a día de hoy uno de los más citados y a menudo referenciados para defender la emergencia climática.