Los estudiantes de una escuela en Virginia abandonaron las clases en protesta por la política de baños transgénero

Entre 50 y 100 estudiantes abandonaron las clases en protesta contra una polémica política de baños transgénero en una institución en Virginia.

Los alumnos de la Woodgrove High School, un instituto de las Escuelas Públicas del Condado de Loudoun (LCPS), se retiraron de las clases por las políticas “inclusivas” que permiten que personas que se consideran transgénero, de género fluido o no binarios puedan usar un baño que no corresponde con su sexo biológico.

Los estudiantes consideran que esta política afecta no solo su privacidad en los vestuarios, sino también a su propia seguridad.

“En los vestuarios por la mañana es una invasión de la privacidad, como he dicho, porque cuando los hombres y los hombres nacidos naturales están en nuestros vestuarios, y se están duchando por la mañana, las mujeres nacidas naturales pueden caminar allí a su antojo”, dijo un estudiante de secundaria al medio de noticias local ABC 7 News. “Y eso no está bien. Y va en contra de lo que creemos”.

La política del distrito que permite los baños sin sexo definido, conocida como la Política 8040, fue aprobada en 2021 por el Consejo Escolar del Condado de Loudoun. Los estudiantes están pidiendo que la política se revierta.

“Me gustaría poder cuando salgo de la práctica de fútbol (...) no sentirme incómodo con otros géneros allí mirándome”, dijo un alumno a 7News. “Creo que las chicas sienten lo mismo. ¿Cómo te sentirías si fueras una mujer y te cambiaras con un hombre?”.

Efectivamente, muchas chicas se sienten inseguras y dejaron de utilizar los baños en dicha institución producto del miedo a compartir vestuario con hombres biológicos.

Los estudiantes culpan al LCPS de no tomar cartas en el asunto ignorando las peticiones de decenas de estudiantes descontentos.

“Es un gran riesgo para la seguridad, y ellos [LCPS] no hacen nada al respecto”, dijo una estudiante 7News. “Y expresamos estas preocupaciones y nos ignoran y nos tachan de locos de derechas. No estamos locos. Simplemente no queremos correr peligro a diario en este edificio. Creo que por fin la gente ha dado un paso al frente y está harta. Estamos hartos de estar aquí y de que nos ignoren por completo. He dejado de usarlos [los baños] porque no sé qué me va a pasar ahí dentro. Y la gente puede decir: 'Oh, bueno, eso es paranoia'. Te digo que la mitad de las mujeres de este edificio piensan lo mismo. No usamos los baños. Nos aguantamos las ganas de mear hasta que no podemos. Hay chicas de educación física que todavía se cambian en los baños porque tienen miedo de quién pueda entrar”.