Erin Brockovich recomienda a los residentes de East Palestine documentar sus problemas sanitarios
Algunos ciudadanos de la localidad aseguran que, tras el accidente, sufren de bronquitis, erupciones cutáneas y enfermedades pulmonares.
La activista Erin Brockovich recomendó a los residentes de East Palestine (Ohio) a que documentasen los problemas sanitarios que aseguran padecer a consecuencia del descarrilamiento del tren Norfolk Southern que trasportaba peligrosos productos químicos el pasado 3 de febrero. Varios ciudadanos de la localidad, informa FOX News, aseguran que, tras el accidente, sufren de bronquitis, erupciones cutáneas y enfermedades pulmonares, entre otros síntomas.
Por eso, la abogada instó a los residentes de East Palestine a llevar un registro de todos los síntomas que crean tener tras el incidente. Lo hizo el viernes 24 de febrero durante una charla que dio en el ayuntamiento de la localidad al que acudieron más de 2.700 personas preocupadas por la situación tras el vertido tóxico:
La activista aseguró, en declaraciones recogidas por Univisión que comprendía la angustia que experimentaban algunos ciudadanos, a los que urgió a actuar sin temor ya que, las autoridades intentarán tranquilizarles y asegurarles que todo va bien:
Varios ciudadanos de East Palestine reportan síntomas
Desde el pasado 3 de febrero, muchos son los ciudadanos que relataron a diversos medios los problemas sanitarios que comenzaron a padecer tras el descarrilamiento del tren. Una de ellas fue Melissa Blake. Ella contó su experiencia a NBC News.
La residente, que vive a poco menos de una milla del lugar del incidente, aseguró que a consecuencia del vertido tóxico había comenzado a expulsar moco gris y estaba padeciendo diversos problemas respiratorios. Tras esto, relata Blake, la diagnosticaron con una "bronquitis aguda debido a vapores químicos": "Me dieron una máquina de respiración. Me pusieron oxígeno. Me dieron tres tipos de esteroides", afirmó la ciudadana que no se atreve a regresar a su casa por miedo a sufrir más problemas médicos.
El mismo medio recogió el testimonio de Howard Yang. Él es gerente de CeramFab, una empresa manufacturera situada cerca del lugar en el que descarriló el tren. Los altos directivos decidieron cerrar la empresa por seguridad y retomaron la actividad el 13 de febrero. Sin embargo, dos días después, cinco de sus diez trabajadores se dieron de baja tras sufrir varios síntomas. Y no pudieron regresar al trabajo hasta el martes 21 de febrero:
Y los casos continúan. Lonnie Miller, residente desde hace tres décadas en East Palestine, asegura que tiene una erupción en la cara y que experimentó mareos y ardor en los ojos a consecuencia del vertido tóxico. Mientras que Melissa Boyer, una ciudadana que vive a menos de 250 pies del lugar en el que se produjo el incidente, contó a NBC News que su hija, de 19 años, tiene que emplear un inhalador varias veces al día mientras que recriminaba la falta de interés que detectaba por parte de las autoridades: "¿Cómo se puede decir que nuestra calidad del aire o nuestra agua es segura cuando tenemos a todas estas personas con estos síntomas y problemas de salud?", se preguntó.