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 EL TIEMPO QUE LLEVA KAMALA HARRIS SIN COMPARECER EN UNA CONFERENCIA DE PRENSA

El inminente cierre del Gobierno divide al Partido Republicano en el Congreso

En un escenario muy similar al del 2023, el liderazgo del Senado está impaciente con el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, quien todavía no logra consensuar una propuesta con sus colegas. 

El Congreso tiene hasta el 30 de septiembre para evitar el cierre del Gobierno/ Chris KleponisAFP

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El Congreso se encuentra trabajando contrarreloj para evitar el cierre del Gobierno. Si los legisladores no logran avanzar una propuesta antes del próximo 30 de septiembre, se producirá el primer cierre desde el 2019, cuando Donald Trump no pudo llegar a un acuerdo con los demócratas sobre la financiación del muro fronterizo. Cinco años después, la situación es otra y el Partido Republicano no logra ponerse de acuerdo puertas adentro. 

Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, está batallando por conseguir una legislación que contente a todos los congresistas republicanos, lo que lo coloca en una posición muy similar a la que tenía Kevin McCarthy en 2023. Hasta el momento, sus intentos de redactar algo con lo que puedan convivir todas las facciones del partido han sido poco satisfactorios. 

Sin darse por vencido, Johnson espera que la Cámara Baja apruebe esta semana lo que se conoce como Resolución Continua (CR), un proyecto de ley de financiación provisional y que suele utilizarse como una forma de ganar un poco más de tiempo para que los legisladores tengan más tiempo para elaborar una propuesta de financiamiento definitiva. 

"El Congreso tiene la obligación inmediata de hacer dos cosas: financiar responsablemente el gobierno federal y garantizar la seguridad de nuestras elecciones. Porque se lo debemos a nuestros electores, avanzaremos el miércoles con una votación sobre el CR de 6 meses con la Ley SAVE adjunta", expresó el presidente de la Cámara de Representantes en su cuenta de X. 

En cuanto a la Ley SAVE, se trata de Ley de Protección de la Elegibilidad de los Votantes Estadounidenses. Impulsada por los republicanos, exigiría una prueba de ciudadanía para el registro de votantes. Precisamente, la presencia de esta legislación dentro de la CR complica su avance, tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. 

"Insto a todos mis colegas a hacer lo que la inmensa mayoría de la gente de este país exige y merece: impedir que los ciudadanos no estadounidenses voten en las elecciones estadounidenses", sumó Johnson. 

Desde el Senado, el liderazgo republicano espera que Johnson cumpla con su palabra y logre aprobar dicha legislación en los próximos días. Caso contrario, están listos para pasar a la acción y avanzar con su propia CR que financie al Gobierno hasta diciembre. 

Un cierre del Gobierno antes de las elecciones sería "políticamente estúpido"

Mitch McConnell, todavía líder de la minoría republicana en el Senado, habló con los periodistas y fue lapidario ante la posibilidad de un cierre a menos de 60 días de las elecciones presidenciales. 

"Una cosa que no se puede tener es un cierre del gobierno. Sería políticamente más que estúpido que lo hiciéramos justo antes de las elecciones, porque ciertamente nos echarían la culpa", señaló el republicano. 

"Uno de mis refranes favoritos es que no hay educación en la segunda patada de una mula. Ya hemos pasado por esto. Estoy a favor de lo que sea que evite un cierre del Gobierno, y eso acabará siendo, obviamente, una discusión entre el líder demócrata (del Senado) y el presidente de la Cámara", sumó McConnell. 

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La opinión de McConnell es compartida por muchos de sus colegas de la Cámara Alta. "No me gusta un cierre, y punto. Esté cerca de las elecciones o no, es un despilfarro. Cuesta más dinero a los contribuyentes. No ahorran, pierden. Si estamos protegiendo los recursos de los contribuyentes, que se supone que es parte de nuestro trabajo, tenemos que encontrar una manera de no tener un cierre", indicó el senador James Lankford (R-OK)

"Se está convirtiendo en un desastre. Especialmente nuestros militares, que están sufriendo. Incluso si se hace una CR, sabes que no reciben el dinero que normalmente recibirían. Todo esto es una debacle", agregó por su parte el senador Tommy Tubervielle (R-AL)

¿Qué es el cierre del Gobierno y cuáles son sus consecuencias? 

Estados Unidos decide cómo gastar el dinero público año tras año, cuando el Congreso aprueba lo que se denomina como Appropriations Bill (Ley de Asignaciones). La fecha límite que los legisladores tienen para ponerse de acuerdo es el 1 de octubre. Si no hay un texto aprobado para entonces, el Gobierno Federal se cierra.

La lógica viene de la Constitución Nacional, concretamente del Artículo 1, Sección 9: “No se sacará dinero del tesoro, sino en consecuencia de asignaciones hechas por ley; y se publicará de tiempo en tiempo un estado y cuenta regulares de los ingresos y gastos de todo el dinero público”.

Una vez se llega al cierre, ciertas agencias directamente dejan de funcionar. Pueden ser todas, algunas o una en particular. Sus empleados no pueden trabajar y su paga se retiene hasta que se pongan de acuerdo los legisladores en Capitol Hill.

Estados Unidos desconoció completamente este escenario hasta bien entrado el siglo XX, cuando en 1980 tuvo lugar el primer cierre del Gobierno. Jimmy Carter fue el primer presidente en estar a cargo durante esta situación, que en aquella oportunidad duró un poco más de 24 horas. El cierre se repitió en 1982 (dos veces), 1983, 1984 (dos veces), 1986, 1987, 1990, 1995 (dos veces), 2013, 2018 y 2019.

Contando el de 1980, en las primeras cinco ocasiones, los demócratas controlaban la Cámara de Representantes, que usualmente se encarga de impulsar la Ley de Asignaciones. Ronald Reagan fue el mandatario que más veces presenció un cierre del Gobierno, ocho entre 1981 y 1989.

El último, casualmente el más largo, fue el de 2019, cuando pasaron 35 días hasta que todo volvió a funcionar con normalidad. Se estima que 800,000 empleados públicos no recibieron su dinero durante ese período de tiempo.

Una de las escenas más recordadas de ese cierre se dio cuando Donald Trump, entonces presidente, tuvo que recibir al equipo de fútbol americano de la Universidad de Clemson, quienes recientemente se habían coronado en el Campeonato Nacional de Fútbol Universitario. Como los empleados no podían trabajar, incluida la cocina, el presidente sacó la billetera y compró comida de McDonald's, Wendy's y Burger King. "Si es estadounidense, me gusta. Todo es americano. No importa lo que hicimos, no hay nada que puedas tener que sea mejor que eso, ¿verdad?", acotó el republicano en su momento.

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