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Washington celebra la decisión de Panamá de no renovar su acuerdo con China en relación con el Canal

,José Raúl Mulino, anunció que su Gobierno dejará expirar el memorándum de entendimiento firmado en 2017 con China.

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Rubio viajó por primera vez al exterior como secretario de Estado/ Patrick t. FallonAFP

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Panamá tomó una decisión clave en su política exterior al optar por no renovar su participación en la Nueva Ruta de la Seda, la iniciativa de infraestructura global promovida por China. La medida responde a las crecientes preocupaciones de Washington sobre la influencia china en la región, especialmente en los puertos cercanos al Canal de Panamá y su posible impacto en la seguridad.

Tras reunirse con el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, el presidente panameño, José Raúl Mulino, anunció que su Gobierno dejará expirar el memorándum de entendimiento firmado en 2017 con China e incluso evaluará su terminación anticipada. Rubio calificó la medida como un “gran paso adelante” en la relación bilateral, destacando que refuerza la cooperación con EEUU y limita la injerencia de Pekín en la región.

Tensión por el control del canal

El tema del control del Canal de Panamá ha sido un punto de fricción con Estados Unidos desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. En este contexto, Rubio planteó un ultimátum a Panamá respecto a la presencia china en la vía interoceánica, advirtiendo que la influencia de Pekín “viola un tratado que llevó a Estados Unidos a entregar la vía fluvial a Panamá” y exigió que se mantenga la “neutralidad permanente” en el canal, una condición clave establecida en el acuerdo de 1999.

Tras esa conversación, el presidente panameño cedió ante las presiones de Washington. No obstante, Mulino insistió en que la soberanía de Panamá sobre el Canal no está en discusión, reafirmando que la administración de la estratégica vía marítima sigue siendo responsabilidad exclusiva de su país.

Refuerzo en cooperación migratoria

Además del canal, la crisis migratoria fue otro de los temas centrales en la reunión entre Mulino y Rubio. El secretario de Estado presenció un vuelo de deportación con 43 migrantes desde Panamá hacia Colombia, como parte de los esfuerzos para frenar el flujo de personas que cruzan el Tapón del Darién rumbo a EEUU.

Washington ha destinado cerca de 2,7 millones de dólares en apoyo a estos vuelos, con el objetivo de frenar el flujo de migrantes a su país.

Mulino por su parte, también destacó que su Gobierno ha intensificado los controles migratorios, lo que ha llevado a una reducción del 90% en el número de cruces irregulares por el Darién en comparación con el año anterior. Panamá ha sido uno de los países más cooperativos en la devolución de migrantes, a diferencia de Colombia, que recientemente enfrentó sanciones por negarse a aceptar vuelos de deportación desde EEUU.

Rubio amplía la agenda en Centroamérica

Tras su visita a Panamá, Rubio viajará a El Salvador para reunirse con el presidente Nayib Bukele y abordar temas de migración y seguridad. Además, anunció que asumirá el rol de administrador en funciones de la Agencia para el Desarrollo Internacional de EEUU (USAID), lo que marca un paso clave en la reestructuración de la asistencia exterior bajo la administración Trump.

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