Christopher Wray tiene los días contados como jefe del FBI: los aliados de Trump ya le buscan reemplazo

El equipo de transición del presidente electo Donald Trump está buscando reemplazar rápidamente al jefe del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Christopher Wray, antes de que finalice su mandato de 10 años.

En los últimos días, desde el equipo de Trump salieron sugerencias de que el director del FBI podría ser reemplazado próximamente.

Por ejemplo, en una publicación en 'X' que levantó polémica, el vicepresidente electo JD Vance dijo que, recientemente, se reunió con Trump para entrevistar a candidatos para dirigir el FBI, con el objetivo de encontrar a la persona idónea para "desmantelar el Estado profundo". Pero luego su post fue eliminado.

Según el Wall Street Journal, las señalas que emana el equipo de Trump son claras: Wray tiene los días contados como director del FBI, especialmente porque el presidente electo piensa que el nombramiento de un nuevo director será el inicio de una importante reestructuración de la agencia.

El WSJ indicó que los asesores de Trump ya han discutido varios nombres para el puesto y existen dos personas que pican en punta para conseguir el prestigioso cargo: uno es el exrepresentante Mike Rogers, quien perdió este mes una contienda del Senado en Michigan; y el segundo es Kash Patel, uno de los asesores más cercanos de Trump que ya ha sido barajado como opción para dirigir otras agencias de Inteligencia.

Esta búsqueda inmediata de reemplazo parece marcar el final de Wray al frente del FBI, a quien Trump nombró durante su primer mandato en 2017 tras despedir a su predecesor, James Comey.

Sin embargo, Trump y los republicanos han cuestionado duramente al FBI bajo la guardia de Wray, acusando a la agencia de perseguir activamente y con más dureza a los políticos y ciudadanos conservadores.

Wray, un republicano y exalto funcionario del Departamento de Justicia en la administración de George W. Bush, se ha defendido de las acusaciones en constantes ocasiones, asegurando que las críticas contra la agencia por parte de los republicanos generaban una retórica insensata y peligrosa.

La relación entre Trump y Wray se quebró definitivamente en agosto de 2022. Cuando el FBI realizó una redada sin precedentes contra el presidente en Mar-a-Lago, Florida, en busca de documentos clasificados.

Trump cuestionó especialmente al FBI y al Departamento de Justicia después de que, según sus palabras, las autoridades no trataran con igual dureza a Joe Biden, quien también tenía en su poder documentos clasificados.