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Commander, el perro de Biden, muerde nuevamente a otro agente del Servicio Secreto

Con este incidente ya se conocen al menos 11 ataques que la mascota del presidente ha cometido contra los miembros del personal de seguridad.

(Wikimedia Commons- The White House)

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Commander, el perro de Joe Biden, volvió a morder a un miembro de seguridad del presidente, convirtiéndose en el incidente por mordedura número 11 que se conoce del pastor alemán de dos años.

De acuerdo con un comunicado de Anthony Guglielmi, jefe de comunicaciones del Servicio Secreto, uno de los agentes resultó herido el lunes por la noche por la mordida de la mascota de la familia presidencial.

“Alrededor de las 8 de la tarde, un oficial de policía de la División Uniformada del Servicio Secreto entró en contacto con una mascota de la Primera Familia y fue mordido. El oficial fue tratado por personal médico en el complejo”, indica el comunicado publicado por CNN. Guglielmi dijo que la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, le aseguró que el oficial herido se encuentra bien.

Commander ya ha estado involucrado en más de una decena de incidentes de mordeduras. De hecho, la Casa Blanca informó que Biden tuvo que optar por nuevos protocolos de entrenamiento para evitar este tipo de ataques. Sin embargo, esta mordedura podría evidenciar que los métodos aplicados no son suficientes.

Un riesgo para los trabajadores de la Casa Blanca

Jonathan Wackrow, exagente del Servicio Secreto opinó que los incidentes con Commander representan un problema de seguridad en el lugar de trabajo.

“Hay una singularidad aquí porque es la residencia del presidente de los Estados Unidos, pero también es el lugar de trabajo de cientos, miles de personas. Y no se puede traer un peligro al lugar de trabajo. Y eso es esencialmente lo que está sucediendo con este perro. Una vez se puede decir que fue un accidente, pero ahora, con múltiples incidentes, es un problema grave”, expresó, resaltando que aunque Biden quiera al perro como cualquier otro miembro de su familia, Commander representa un “peligro significativo” para quienes trabajan con él.

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