México, en la cima de la violencia global, con miles de homicidios y la amenaza del crimen organizado
El país latinoamericano enfrenta un panorama sombrío, marcado por el creciente control de los cárteles y una respuesta gubernamental insuficiente.
El sexenio de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) culminó con cifras históricas que posicionan a México como el país más violento del mundo fuera de un conflicto armado oficial, según datos de organismos internacionales y nacionales, con una preocupante proyección de que esta tendencia continúe al alza.
Con 200.000 homicidios dolosos y 51.000 personas desaparecidas, el Gobierno saliente dejó un saldo alarmante que coloca a México en el periodo más sangriento de su historia moderna. A medida que inicia 2025, expertos advierten que esta tendencia podría intensificarse si no se adoptan medidas inmediatas y efectivas para contener la violencia.
Violencia extrema sin guerra civil
El Índice de Conflictos 2024, elaborado por la iniciativa global de Datos y Ubicación de Conflictos Armados (Acled), señala que México se encuentra en un periodo de “violencia continua” comparable con naciones en guerra civil o enfrentamientos bélicos. Este año, el país fue calificado como el cuarto más peligroso y violento del mundo, solo superado por Palestina, Myanmar y Siria, tres naciones que enfrentan conflictos armados internos o guerras externas.
A nivel regional, México lidera la lista de los países más peligrosos de América Latina, seguido por Haití, Brasil, Colombia, Honduras y Venezuela.
Acled describe la situación en México como "extrema" y "consistentemente preocupante". Según el informe, el país vive una "guerra civil de cárteles", en la que el crimen organizado ha extendido su control sobre vastas regiones del territorio, limitando la capacidad del Estado para ejercer un dominio efectivo. “El Gobierno tiene el poder, pero no el control”, recalca el análisis.
Estos conflictos no solo se limitan al narcotráfico, sino que también abarcan actividades como la extorsión, el tráfico de personas y el robo de combustible. Esta diversificación de actividades delictivas ha incrementado la competencia por los mercados ilícitos, exacerbando la fragmentación de los grupos criminales y fomentando una lucha por el control territorial.
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Un proceso electoral marcado por la violencia
La violencia también tuvo un impacto significativo en las elecciones de 2024, con 8.110 crímenes políticos registrados, incluyendo asesinatos, amenazas y agresiones dirigidas contra candidatos y funcionarios. Grupos criminales intentaron influir en las elecciones a través de actos de intimidación, buscando mantener sus intereses en áreas clave del país.
A pesar de este contexto de inseguridad, los votantes eligieron a Claudia Sheinbaum como la nueva presidente. La mandataria, en su discurso de toma de posesión, reiteró su compromiso de continuar con la estrategia de seguridad militarizada de su predecesor. Sin embargo, esta continuidad ha sido duramente criticada por expertos y figuras públicas, quienes cuestionan su efectividad ante el creciente deterioro de la seguridad pública.
Violencia en los primeros meses del sexenio de Sheinbaum
Según cifras reportadas por el periodista Pascal Beltrán del Río, en los primeros 105 días del sexenio de Claudia Sheinbaum, se han registrado un total de 8.054 homicidios. Este alarmante número subraya la persistente crisis de seguridad que el nuevo Gobierno enfrenta, a pesar de la continuidad de la estrategia de seguridad militarizada implementada por su antecesor.
Casos emblemáticos de violencia bajo la nueva administración
Durante los primeros meses de su Gobierno, diversos asesinatos de alto perfil han puesto en duda la capacidad de las autoridades para contener la violencia. Entre los casos más destacados se encuentran el asesinato de Alejandro Arcos, alcalde de Chilpancingo, Guerrero, en un ataque armado el 2 de diciembre de 2024; el homicidio de Benito Aguas, diputado federal del Partido Verde en Veracruz, el 28 de noviembre de 2024; y el asesinato de Edmundo Román Pinzón, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Guerrero, el 17 de noviembre de 2024. Estos casos reflejan la vulnerabilidad de figuras públicas en un contexto de impunidad generalizada.
Proyecciones inquietantes para 2025
La organización Acled anticipa un aumento en los niveles de violencia durante 2025. Los primeros días del año ya han mostrado cifras alarmantes: 322 homicidios registrados solo en los primeros cinco días de enero.
A este escenario se suma un incremento en los casos de violencia intrafamiliar, según informes locales. La presión económica en los hogares, exacerbada por la inflación y la falta de empleo, ha contribuido al aumento de tensiones internas, afectando aún más la seguridad social en el país.
Críticas al manejo de la seguridad
Analistas y periodistas han señalado que la continuidad de la estrategia militarizada parece insuficiente para enfrentar la magnitud del problema. En lugar de disminuir, la violencia ha seguido aumentando, lo que ha generado desconfianza en la capacidad del Gobierno para implementar soluciones efectivas. Un artículo de Human Rights Watch de 2022 destacó que "casi dos décadas de intervención militar en seguridad pública no han logrado poner fin a la violencia implacable de los cárteles mexicanos y han propiciado innumerables atrocidades cometidas por soldados y marinos, con casi total impunidad".
Futuro incierto
Las perspectivas para 2025 son preocupantes. La organización Acled prevé un aumento en los niveles de violencia durante este año, respaldado por los datos de los primeros cinco días de enero, que evidencian una tendencia alarmante. La situación parece indicar que el país continuará enfrentando graves desafíos en materia de seguridad, y el futuro cercano es incierto en cuanto a la efectividad de las políticas para combatir la violencia.