El extremismo en las marchas pro-Palestina lleva a Londres a convertirse en "una zona prohibida para los judíos"
Según el experto Robin Simcox, el Gobierno británico y sus agencias no estaban combatiendo lo suficiente para combatir esta tendencia.
Desde el pasado 7 de octubre, cuando Hamás invadió Israel, los protestas a favor de uno u otro bando se hicieron costumbre en las grandes ciudades del mundo, pero Londres particularmente ha sido testigo de unas cuantas marchas a favor de frenar la incursión israelí en la Franja de Gaza. Tal es así, que recientemente fue definida por un experto como "una zona prohibida para los judíos”.
La afirmación salió de la pluma de Robin Simcox, asesor independiente del Ministerio del Interior sobre extremismo, quien además agregó que el Gobierno británico y sus agencias no estaban combatiendo lo suficiente para combatir el "extremismo" presente en las manifestaciones a favor del pueblo palestino.
La declaración llegó días después de que el primer ministro Rishi Sunak advirtiera a los manifestantes y los alentara a no “dejar que los extremistas se apoderen de sus marchas”.
"Todas estas cosas y más se han normalizado en el Reino Unido"
A su vez, Simcox advirtió que lo mismo ocurrió anteriormente a raíz del patrocinio iraní en las escuelas y mezquitas británicas, gracias a la intervención de Hamás, los Hermanos Musulmanes y los canales de televisión extremistas que operan en suelo británico.
"No habremos traicionado la democracia si los extremistas ya no pueden operar canales de televisión. Y no nos habremos convertido en un Estado autoritario si ya no se permite que Londres se convierta cada fin de semana en una zona prohibida para los judíos", añadió.
Por último, el experto concluyó que el mayor peligro radica en la normalización de este tipo de acontecimientos, que son producto de un caldo de cultivo iniciado hace años.
"Todas estas cosas y más se han normalizado en el Reino Unido. Por eso he advertido de que se está creando un entorno permisivo para la radicalización que debe abordarse urgentemente. Estos grupos han permanecido sin oposición durante demasiado tiempo, y han aprovechado bien su tiempo. Ahora están arraigados e influyen en las comunidades", concluyó Simcox.