Análisis de las elecciones en Argentina con el exvicepresidente Carlos Ruckauf: “Cuánta más gente vote, más posibilidades para Milei”
El economista libertario se enfrentará a Sergio Massa el 19 de noviembre para definir al próximo presidente del país sudamericano. Según el entrevistado, los resultados serán muy parejos.
Javier Milei, el libertario que quiere ser presidente de Argentina, se refiere constantemente al gobierno de Carlos Saúl Menem (1989-1999) como el “mejor de la historia” local. Esa gestión se destacó por una inflación muy baja, un considerable aumento del PBI y por una política exterior muy cercana a los Estados Unidos. Analistas de la época hablaban incluso de “relaciones carnales” entre ambos países, que llevaron al entonces presidente argentino a dar un discurso ante el Congreso norteamericano.
Uno de los protagonistas de esa década fue Carlos Ruckauf, quien se desempeñó como embajador, ministro del Interior y luego vicepresidente de los últimos cuatro años de la presidencia de Menem. Posteriormente fue canciller, gobernador de la Provincia de Buenos Aires y diputado nacional.
Reconvertido en un muy consultado analista político, recibió a Voz Media en su casa para hablar de la segunda vuelta entre Milei y Sergio Massa, del peronismo, del escenario internacional y, por supuesto, del legado de quien ostentó la presidencia por más tiempo en Argentina.
Libertad económica vs. Populismo
De cara el 19 de noviembre, cuando el economista libertario se disputará la Casa Rosada con el actual ministro de Economía, Ruckauf aseguró que las dos fuerzas representan “coaliciones ideológicas muy claras”. Por un lado, la centroderecha y las ideas liberales de Milei, y por el otro la centroizquierda, el peronismo e incluso parte de lo que fue el Partido Comunista en las filas de Massa.
En cuanto a un potencial gobierno de ambos, definió al peronista como un “Néstor Kirchner”, difunto expresidente y esposo de Cristina Fernández de Kirchner.
“No todos entienden ni conocen quién fue Néstor Kirchner porque todo depende de las generaciones. Fue un gran autócrata que llega por el voto popular, por muy poco voto popular, pero que luego lo conforma en una estructura de poder de centroizquierda, sumando a los piqueteros. Gobierna en relación con lo que sería el grupo de centroizquierda de América Latina, Hugo Chávez, Lula da Silva y la Nicaragua actual. Esa es la ideología de Néstor Kirchner. Es un populista que tiene una política económica muy poco coherente”, explicó.
“Su doctrina fue como si a vos te entraran 500 dólares, pero pretendes vivir con 2.000. Entonces, o emite dinero o pide prestado o quita de nuestros ahorros. Llegamos al final de ese proceso sin divisas, sin reservas en el Banco Central, endeudados con el mundo y con una hiperinflación galopante”, continuó.
Además, habló del gobierno que integra Massa como “un desastre” y como “el peor de la historia argentina”. Sin embargo, reconoció al candidato como una persona “muy hábil” y alguien capaz “de venderle naranjas a los paraguayos”.
Del otro lado, están paradas las ideas de la libertad económica, “no comprobadas en Argentina desde la época de Carlos Menem, gobierno del cual fui vicepresidente”. “Fue un gobierno muy exitoso que durante una década tuvo 2 % de inflación anual y hoy tenemos eso por semana… con suerte”, indicó
La clave de la elección
Luego de anticipar unos comicios muy parejos, afirmó que la clave iba a estar en la cantidad de gente que vaya a votar. “Cuanta más gente vaya a votar, más posibilidades para Milei, cuanta menos gente vaya a votar, más posibilidades para Massa, porque controla un fuerte aparato territorial”, analizó Ruckauf.
Sin embargo, resulta que el fin de semana de la elección es largo, lo que significa que tendrá tres días en veces dos, algo que podría afectar directamente al punto mencionado por el exvicepresidente.
“Esto tiene un antecedente muy cercano en España, nuestra madre patria. En las elecciones regionales ganó el Partido Popular y estaban tan convencidos de que ganaban las generales que me decían a mí que no iban a necesitar a Vox”, recordó.
De casualidad, el también exembajador ante Italia estaba de viaje en el país europeo, por lo que aprovechó para tomar la temperatura electoral de las calles.
"Sergio Massa es un tipo capaz de venderle naranjas a los paraguayos", Carlos Ruckauf
“Entonces, el socialismo convoca a elecciones en plenas vacaciones de verano y hacen una campaña de “la derecha viene por tus derechos”. Yo le preguntaba a los chofereres y a los mozos, que me decían que “este gobierno socialista es malísimo, pero no vamos a votar a la derecha porque viene por mis derechos”. Le metieron a la gente esa consigna en la cabeza, mucha gente se fue de vacaciones y el PP ganó, pero no le alcanzó”, añadió.
Aunque no sabe qué es lo que va a elegir el argentino, precisó que “el mayor defecto de Milei resulta ser también su mayor virtud”, el venir de afuera de la política. Si bien tiene la carta del outsider, “no tiene un sistema de control electoral”. “Al no tenerlo, le cuesta fiscalizar el acto electoral en sí: le roban boletas, le hacen trampa… veremos”.
¿A quién votaría Carlos Menem?
Ruckauf no encontró nada de Menem en los candidatos. En el caso de Javier Milei, pese a compartir varias ideas y valores, su temperamento parece diferir con el del expresidente. “Era muy difícil verlo enojado a Carlos, aun cuando estaba enojado. Milei se enoja demasiado para mi gusto”, expresó.
Sobre Massa, quien directamente “no comparte ninguna de las ideas”, destacó su “simpatía, que también tiene ventajas en la política”.
Al ser consultado sobre a quién votaría Carlos Menem de estar vivo, su exvicepresidente prefirió guardarse esa respuesta. “No voy a decir eso porque estaría dejando de hacer análisis político para hacer propaganda. No tengo dudas de a quién votaría, pero no lo voy a decir”, deslizó.
"El Gobierno de Carlos Menem fue el mejor gobierno de la democracia argentina", Carlos Ruckauf
“El peronismo que dejó Perón era una Ferrari y entre todos lo hemos ido convirtiendo en cuatro Fiat 600”
Ruckauf tiene orígenes peronistas, incluso fue ministro del gobierno de María Estela Martínez de Perón, derrocada por la última dictadura militar en 1976.
Sobre la actualidad del partido, trajo a la conversación una interesante referencia automotriz: “El peronismo que dejó Perón era una Ferrari y entre todos lo hemos ido convirtiendo en cuatro Fiat 600”.
A su vez, detalló que uno “camina junto al kirchnerismo, otro camina junto a Milei, otro junto a Schiaretti (excandidato a presidente) y el otro está tripulado por el Peronismo Republicano dentro de lo que es esta coalición en extinción que es Juntos por el Cambio”.
Las claves para sobrevivir a un Congreso dividido
Gane quien gane, enfrentará un congreso sumamente dividido, distinto a de los últimos años, que supo ser una escribanía de la administración de turno.
Habiendo presidido el Senado como vicepresidente y, recordando sus años de diputado, el entrevistado señaló que “la clave está en Maquiavelo: ‘al príncipe se lo juzga por sus ministros’”.
“Para manejar un Congreso de estas características, usted necesita un jefe de gabinete que entienda bien dónde están los resortes que hay que tocar, un ministro del interior que trabaje con el jefe de gabinete, un ministro de Economía que afloje la bolsa para poder negociar con las provincias y un vicepresidente que tiene que entender que el Senado es un cuerpo que responde a los gobernadores. Los senadores son poleas de transmisión de las necesidades de sus respectivas provincias”, agregó.
¿Qué se puede aprender del gobierno de Menem?
“Todo”, respondió Ruckauf entre risas. “Fue el mejor gobierno de la democracia argentina. Primero porque tomó las posiciones en el mundo que había que tomar. El mundo te condiciona, aunque a veces vivamos como en una aldea y no nos demos cuenta de que esto es así. Van a tener que tener en claro, como tenía Menem claro, el poder de los gobernadores”, explicó.
Por último, mencionó aquello a lo que hay que prestarle más atención si se pretende que Argentina vuelva a crecer, “el gasto público”, que en última instancia fue lo que complicó los últimos años de su gobierno.
“(Quien asuma) va a tener que hacer una política que acabe con el gasto público, porque es el gasto público exagerado el que hay destruido la economía argentina. La base central de la crisis final de la convertibilidad de Menem, fue que no bajamos lo suficiente el gasto público. Hoy, el gasto público es el 300 % del que tenía Menem, tres veces más. Es una tarea sumamente difícil y por esa hay que empezar”, finalizó.