Declaran con muerte cerebral a Armita Geravand, la joven presuntamente atacada por la 'policía de la moral' iraní
Reporteros y ONG locales informaron que había quedado en coma después de que un grupo de oficiales la encontraran incumpliendo la obligatoriedad del velo.
La prensa iraní anunció la muerte cerebral de Armita Geravand, una joven a la que la policía de la moral había dejado en coma a principios de mes, según diversos reportes, debido a que había incumplido con la obligación legal para las mujeres de vestir hiyab.
Así lo adelantó Reuters, que también informó de que el régimen de Irán negó que la joven haya sido herida en un encuentro con la policía religiosa islámica en la estación de metro Shohoda, en Teherán. Organizaciones de derechos humanos, como la ONG Hengaw, reportaron que Geravand fue transportada al hospital Fajr Air Force, donde permanecía bajo vigilancia.
De acuerdo con Hengaw, la madre de la presunta víctima, llamada Shahin Ahmadi, fue arrestada días más tarde cuando se encontraba en las inmediaciones del hospital donde estaba internada su hija. La organización también publicó en una actualización del caso que el padre de Armita Geravand había reconocido la muerte cerebral durante una entrevista, aunque "implícitamente" ya que no usó el término "muerte cerebral".
Ecos del caso Mahsa Amini
El caso recuerda al de Mahsa Amini en septiembre del año pasado. La iraní de 22 años murió tras ser torturada por la policía de la moral por no usar correctamente su hiyab. Las autoridades negaron ser la causa de su muerte.
El fallecimiento de Amini provocó protestas en todo el país, en las que incluso se oyeron proclamas contra el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Hoseiní Jamenei. Debido a la repercusión, Amini y el Movimiento Mujer, Vida y Libertad en Irán recibieron este mes el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia 2023.
Este mismo domingo, dos periodistas que desvelaron el caso Amini fueron sentenciadas a prisión por un tribunal iraní. Elaheh Mohammadi, reportera de 36 años, y Niloufar Hamedi, fotógrafa de 31, deberán cumplir hasta siete años de condena tras ser encontradas culpables por un tribunal iraní de colaborar con Estados Unidos, conspirar con la seguridad del Estado y hacer propaganda contra Irán, de acuerdo con la agencia local Mizan Online.