El termostato de la Tierra: así corrige naturalmente las emisiones de CO2

Un estudio contribuye a entender el proceso por el que el planeta hunde en el océano los excesos del gas de efecto invernadero.

Antes, mucho antes de que el hombre poblase la tierra, los volcanes emitieron a la atmósfera terrestre cantidades ingentes de CO2. Eran cantidades no igualadas por la actividad industrial, y que sin duda contribuyeron a aumentar el efecto invernadero que regula la temperatura terrestre. A pesar de esas emisiones, la Tierra no se ha convertido en un catastrófico horno en el que las formas de vida se hayan transformado, o perecido. ¿Cuál es la causa? ¿Qué fenómeno regula el efecto invernadero y hace que se corrija?

Susan Brantley, profesora de la Evan Pugh University y profesora Barnes de Geociencias de la Penn State University, ha avanzado en la comprensión del termostato que regula la temperatura de la Tierra.

Rocas silíceas

Se sabe que al menos parte de la respuesta se encuentra en las rocas silíceas o rocas ácidas. “La idea es que la meteorización de las rocas de silicato es este termostato, pero nadie se ha puesto nunca realmente de acuerdo sobre su sensibilidad a la temperatura”.

Para acercarse a la compresión de cuál es el papel de estas rocas, Brantley ha dirigido una investigación que analiza los suelos de 45 emplazamientos localizados por todo el globo terráqueo.

Cuando se hacen experimentos en el laboratorio o se toman muestras del suelo o de un río, se obtienen valores diferentes. Así que lo que hemos intentado hacer en esta investigación es analizar esas diferentes escalas espaciales y averiguar cómo podemos dar sentido a todos estos datos que los geoquímicos de todo el mundo han ido acumulando sobre la meteorización en el planeta. Y este estudio es un modelo de cómo podemos hacerlo.

El termostato de la Tierra

¿Cómo funciona el termostato de la Tierra, que contrarresta la masiva emisión de CO2 a la atmósfera? La lluvia arrastra parte de ese CO2 hasta el suelo. Crea un ácido débil que desgasta las rocas de silicato que hay en la superficie. Los subproductos de todo ello se arrastran por medio de las corrientes (ríos y corrientes subterráneas) hasta los océanos. Todo ese dióxido de carbono queda atrapado en las profundidades de los mares, y el sistema térmico de la Tierra se equilibra. A ese proceso de le llama meteorización.

Brantley precisa cómo funciona este proceso:

Durante mucho tiempo se ha pensado que el equilibrio entre el dióxido de carbono que entra en la atmósfera procedente de los volcanes y el que es extraído por la meteorización a lo largo de millones de años mantiene la temperatura del planeta relativamente constante. La clave es que cuando hay más dióxido de carbono en la atmósfera y el planeta se calienta, la meteorización se acelera y extrae más dióxido de carbono. Y cuando el planeta está más frío, la meteorización se ralentiza.

Ahora bien, el principal objetivo del estudio es conocer la medida en que la meteorización corrige el aumento del CO2, pero hay una dificultad insalvable para conocerlo bien por medio de un experimento:

En un perfil de suelo, se ve una imagen de un suelo en el que el obturador de la cámara ha estado abierto a veces durante un millón de años: hay procesos integrados que han tenido lugar durante un millón de años y se intenta comparar con un experimento en un matraz de dos años.

Sólo cuando empiezas a cruzar escalas espaciales y temporales empiezas a ver lo que es realmente importante. La superficie es muy importante. Puedes medir todas las constantes de velocidad que quieras para esa solución en el laboratorio, pero hasta que no puedas decirme cómo se forma el área superficial ahí fuera en el sistema natural, nunca vas a poder predecir el sistema real.