Contra la leyenda negra y por el orgullo de ser hispanoamericanos

De acá, o de allá, todos somos españoles. Y los españoles de América debemos sentirnos orgullosos de ser hijos del imperio donde no se ocultaba el sol.

La leyenda negra es una de las más grandes mentiras de la historia. Es, además, absurdo que un pueblo niegue sus propias raíces, los hispanoamericanos somos también españoles. Somos mucho más españoles que indígenas, si se quiere ser precisos. Y no es pequeña la herencia que tenemos, somos hijos de uno de los imperios más extensos de la historia, tal vez el más importante.

Los hispanoamericanos somos hijos del imperio que en vez de eliminar a la población de los territorios que conquistaba, la educaba, construía hospitales y universidades, y los libraba de vivir como salvajes. Somos hijos del imperio que, entre otras cosas, salvó a Europa de ser islamizada. ¿Qué sentido tiene negar lo que debería ser orgullo?

La idea de que los españoles llegaron a América para llevar a cabo un genocidio y robar todo cuanto les convenía, se cae fácilmente al estudiar la enorme mejoría en los estándares de vida que tuvo la población indígena de los territorios conquistados por España. Resaltando que la situación de los indígenas de la América española fue completamente diferente a la de los nativos que estaban en los territorios luego conquistados por ingleses y que terminaron exterminados. Pero curiosamente no hay una leyenda negra en contra del imperio británico...

Los españoles en realidad nunca tuvieron colonias en el sentido que las tenía el imperio británico o el francés, los españoles vieron en América una nueva España. Nuestros antepasados españoles, los que vinieron a América y nos dejaron sus apellidos, su idioma, sus costumbres y sus genes —porque se juntaron con nuestros ancestros indígenas—, nos trajeron la civilización. Los indígenas antes de la llegada de los españoles apenas sobrevivían, tenían una economía de supervivencia; en algunas zonas de Centroamérica, además de la miseria y las enfermedades, los indígenas tenían que vivir el terror de tribus que realizaban prácticas como sacrificio de personas a los dioses.

Una de las grandes mentiras que encierra la leyenda negra es la idea de que los españoles eran muchos y tenían armas con las que doblegaron a los indígenas. La mayoría de los nativos respaldaron a los españoles y agradecieron su llegada. No podría ser de otra manera, cuando el imperio español los liberó de la total miseria, las continuas peleas entre tribus, y una vida de salvajes.

Cuán españoles somos los hispanoamericanos se nota muy fácilmente. Si alguien va a Francia, a Alemania, o cualquier otro país cercano a España, ve claramente las diferencias, no solo en el idioma sino en las formas, en los gusto, etc., pero si alguien compara a españoles con hispanoamericanos, aunque tenemos un océano en medio, son absolutamente evidentes las similitudes.

De acá, o de allá, todos somos españoles. Y los españoles de América debemos sentirnos orgullosos, porque somos hijos del imperio donde no se ocultaba el sol, e hijos directos de esos españoles que vinieron a América a traer la civilización. ¡Feliz Día de la Hispanidad!