Alemania cierra sus últimas tres últimas centrales nucleares

La mayoría de los alemanes, un 59%, está en contra de esta medida adopta por Angela Merkel en 2011.

Después de un largo debate y en medio de una crisis energética sin precedentes, originada sobre todo por la guerra de Ucrania, el Gobierno de Berlín decidió cerrar este sábado las tres últimas centrales nucleares que seguían funcionando en el país. Los reactores Isar 2, Neckarwestheim 2 y Emsland, situados en el oeste y en el sur de Alemania generan aproximadamente  el 5% de la electricidad que produce el país. Pese a las protestas de la oposición, el Ministerio de Economía ha reiterado que la seguridad del suministro energético está garantizada gracias a las energías renovables. La entonces canciller Angela Merkel tomó en 2011 la compleja decisión de abandonar la energía nuclear tras la accidente de la central japonesa de Fukushima y pese a que estas instalaciones alemanas no presentan ningún tipo de problemas técnicos. De hecho el cierre oficial de estos reactores estaba fijado para 2034, 2035 y 2036. Está previsto que las tres centrales nucleares sean desconectadas poco antes de la medianoche de este sábado, hora local.

El cierre estaba previsto inicialmente para el 31 de diciembre del año pasado, pero el Ejecutivo de coalición (verdes, liberales y socialdemócratas) presidido por Olaf Scholz decidió retrasarlo después de que los tests de estrés a los que fue sometido el sistema eléctrico alemán revelara vulnerabilidades de cara al invierno. La ministra alemana de Medio Ambiente, Steffi Lemke, manifestó su satisfacción este sábado. "Hoy en Alemania se apagan las últimas nucleares. La decisión fue tomada por consenso en el Bundestag y por varios gobiernos. Es una decisión buena y acertada porque hace nuestro país más seguro", declaró Lemke, que pertenece al partido Los Verdes.

Oposición de la población y de parte del gobierno

No parece que los alemanes lo tengan tan claro como la ministra verde. Un sondeo publicado esta misma semana en la televisión pública alemana refleja que el 59% de los ciudadanos quiere que se siga usando la energía nuclear y solo un 34% ve correcta la decisión. Por edades, el apoyo a la medida de Scholz solo gana entre los alemanes que tienen entre 18 y 34 años, los únicos en los que habría calado el mensaje ecologista, con un respaldo del 50%. Todos los segmentos de edad superiores a los 35 años están en contra del cierre de las centrales nucleares.  Si las diferencias de opinión al respecto son enormes entre la población, otro tanto sucede con el propio gobierno. El actual Ejecutivo alemán está integrado por el Partido Socialdemócrata (SPD), los liberales del FDP y el partido Los Verdes formando lo que se conoce popularmente como coalición Semáforo, por los colores rojo, amarillo y verde con el que se identifican estas formaciones. El SPD y Los Verdes se han mostrado a favor de acabar con el energía nuclear; los liberales se oponen y han pedido una moratoria.