¿Qué es el captagon, la "pastilla del horror" consumida por los terroristas de Hamás?

Las fuerzas de seguridad israelíes detectaron restos de la droga en los cuerpos de los terroristas abatidos.

Viviendas quemadas, cadáveres de civiles violados, ejecutados, incinerados vivos. A medida que las fuerzas israelíes repelían a los terroristas de Hamás cuadra por cuadra y se conocía el triste saldo de los ataques del 7 de octubre, los soldados defensores encontraron evidencia de una droga de uso popular entre los combatientes yihadistas, aunque hasta el momento se desconocía su consumo por parte de aquellos que levantan las armas en nombre de Hamás: el captagon, la "cocaína de los pobres" o "pastilla del horror".

Las FDI (las Fuerzas de Defensa de Israel) hallaron pastillas de esta anfetamina entre las pertenencias y los organismos de los terroristas, tal y como confirmó Roni Kaplan, portavoz hispano del Ejército israelí:

¿Qué es el captagon y como actúa en el organismo?

El captagon era uno de los nombres comerciales de la fenetilina, un estimulante derivado de la anfetamina y la teofilina. La empresa alemana Degussa Pharma Gruppe comenzó a venderlo en la década de 1960, para tratar, sobre todo, narcolepsia o trastornos por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Y también, a veces, para casos de depresión.

Resultó tan adictiva, sin embargo, que el consenso científico determinó que sus beneficios clínicos no compensaban su prescripción, de acuerdo con The National, periódico especializado en Oriente Próximo. Sus efectos a largo plazo también ayudaron a encender las alarmas: depresión, letargo, falta de sueño (insomnio), visión borrosa, vértigo, cambios de humor, confusión, sentimientos de ira o rabia; son algunos de los enumerados en un estudio publicado por la revista científica Basic & Clinical Pharmacology & Toxicology.

En 1968, los países que forman parte de las Naciones Unidas comenzaron a prohibir el uso de captagon. Entre ellos, y aunque la FDA ni siquiera llegó a aprobarlo, Estados Unidos, donde no tiene ningún uso médico aceptado y su distribución está prohibida. Cortado su flujo legal, sin embargo, el ilegal comenzó a florecer. Sobre todo con destino a Oriente Medio, como reporta la European Monitoring Center for Drugs and Drugs Addiction en Captagon: understanding today’s illicit market (Captagon: entendiendo el mercado ilícito actual, en español):

Muchos países de Oriente Medio informan regularmente incautaciones de una droga conocida como "captagon" como parte de sus obligaciones de información a organizaciones internacionales.

También se informa de que el captagon es un estimulante de uso común en Oriente Medio y, en menor medida, en algunos países fronterizos con la Unión Europea...

El documento de la agencia europea también sostiene que hasta mediados de los años 2000 la producción se centraba en Turquía y Bulgaria, pero que la evidencia disponible apunta a que desde entonces se diseminó por varios países, geográficamente dispersos. El Líbano y Siria son dos ejemplos de naciones donde la producción de captagon está ampliamente documentada.

Al igual que ISIS

"Hamás es peor que ISIS (El Estado Islámico)". "Será una campaña larga y prolongada contra Hamás, que es básicamente una campaña larga y prolongada contra ISIS." "Han cometido maldades, atrocidades que hacen parecer al ISIS algo más racional". Esas declaraciones de, en ese orden, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, el presidente israelí Isaac Herzog y Joe Biden revelan un esfuerzo por igualar las barbaridades cometidas por Hamás el 7 de octubre con las de ISIS. El consumo del captagon da aún más argumentos a esa comparación: el investigador y académico Łukasz Kamieński llegó a describir a lSIS como "un ejército de adictos", ante todo a esta droga.

Según los informes —sostiene Kamieński—, los yihadistas que luchan en Siria y con el ISIS reciben grandes cantidades de captagon. Se dice que la droga los convierte en combatientes feroces e intrépidos que perpetran con facilidad actos de violencia inusitada. Por eso el captagon suele llamarse "pastilla del horror".

En Shooting Up: A History of Drugs in Warfare (Historia de las drogas en la guerra) Kamieński explica que esta droga reduce el miedo y el dolor. Además, elimina el hambre y la necesidad de dormir, mientras que aumenta la fuerza. En definitiva: "Es una 'buena' droga de combate".

Matt Zweig, director de Política de la ONG FDD Action señala que la producción en cantidades industriales de captagon ha sido una fuente de ingresos lucrativa para Bashar al-Assad, presidente de Siria, y el grupo terrorista Hezbolá. Por lo que Hamás, probablemente, ve el captagón no sólo como estimulante para la guerra, sino también como una "fuente adicional de fondos".

De ser cierto el uso frecuente de captagon entre las filas de Hamás, se puede decir de sus combatientes lo mismo que Kamieński dice de los de ISIS: "Están, en una palabra, intoxicados con dos venenos: el yihad y los psicoestimulantes".