El Tribunal Supremo de Texas declara que puede reanudarse la ejecución de Robert Roberson, condenado por el “síndrome del bebé sacudido”
La decisión se produce luego de que una citación de última hora de la Cámara de Representantes estatal frenara la ejecución fechada para el 17 de octubre pasado.
La ejecución de Robert Roberson, condenado en 2002 por el asesinato de su hija de dos años a causa del “síndrome del bebé sacudido”, puede reanudarse, según dictaminó el viernes el Tribunal Supremo de Texas.
La sentencia contra Roberson ha sido objeto de escrutinio en el estado y a nivel nacional, con el condenado proclamando su inocencia desde hace años. De llevarse adelante la ejecución, sería la primera persona en la historia del país en recibir la pena de muerte por un caso del “síndrome del bebé sacudido”.
De hecho, el pasado 17 de octubre, Roberson iba a ser ejecutado antes de que el tribunal interviniera y un comité de la Cámara de Representantes de Texas emitiera una citación para que Roberson testificara, deteniendo de esta manera la ejecución en medio de batallas legales sobre su destino.
El fiscal general de Texas, Ken Paxton, y otros funcionarios del estado han dicho que Roberson fue condenado legalmente a muerte y que ha “agotado todas las vías de apelación legalmente disponibles”.
La Corte Suprema de Texas, por su lado, dictaminó que no se puede usar una citación legislativa para detener una ejecución.
El dictamen se produce después de que los legisladores republicanos y demócratas usaran la maniobra para pausar la inyección letal en el último minuto el pasado mes de octubre.
Roberson ha recibido apoyo bipartidista de legisladores locales y expertos médicos que dicen que fue condenado con pruebas defectuosas del diagnóstico “síndrome del bebé sacudido”. Sin embargo, los defensores de la ejecución dicen que la sentencia de asesinato tomó en cuenta otros elementos.
En 2002, Roberson fue condenado por el asesinato de su pequeña hija Nikki, en un juicio donde resultó crucial el testimonio de un pediatra. Este especialista describió la inflamación y las hemorragias cerebrales de la niña como compatibles con el síndrome del bebé sacudido.
El equipo legal de Roberson, en cambio, argumentó que pruebas más recientes demuestran que la bebé padecía de neumonía y que los médicos le habían recetado fármacos supresores de la respiración antes de su muerte.
Según los abogados de Roberson, esto generó un caso de neumonía vírica y bacteriana grave que evolucionó a sepsis y luego a shock séptico.
Si bien la Corte Suprema estatal allanó el camino para una nueva fecha de ejecución, aún no se ha definido el día cuando se aplicará la pena de muerta contra Roberson.