La mano blanda con la delincuencia conduce a San Francisco a la quiebra
London Breed, la alcaldesa de la ciudad, admitió que la ciudad está enfrentando desafíos "significativos".
San Francisco enfrenta una terrible crisis de seguridad y ahora la ciudad también deberá lidiar con un grave déficit presupuestario.
La alcaldesa London Breed, admitió que el condado está enfrentando desafíos “significativos” y pidió a los departamentos municipales que se enfoquen en la búsqueda de ahorros para afrontar las deudas.
La demócrata solicitó una reducción del 5% en los costos del próximo año fiscal y 8% para el año siguiente, para lidiar con el déficit de 728 millones de dólares previsto en los próximos dos años fiscales.
“Sabemos que los desafíos que enfrenta San Francisco son significativos y tenemos mucho trabajo por delante para mantener los esfuerzos de recuperación de la ciudad”, expresó.
Según Breed, los ingresos de la ciudad se han visto disminuidos por el desplome de las tarifas de oficina y los impuestos a la propiedad.
De acuerdo a medios locales, San Francisco tiene una de las tasas de ocupación de oficinas más bajas en todo el país debido al aumento de trabajo remoto, lo que reduce el interés de las empresas en renovar sus contratos de alquiler de oficinas.
Aumento de la delincuencia
Además, un gran número de residentes optó por mudarse a los suburbios, muchos de ellos impulsados por el aumento de la delincuencia.
“Existe la sensación de que, en todo, desde la vivienda hasta las escuelas, San Francisco ha perdido el rumbo, que los líderes progresistas de aquí han estado aplicando los valores de la izquierda en lugar de trabajar para crear una ciudad habitable. Y mucha gente está harta”, opinó hace unos meses la periodista Nellie Bowles en uno de sus artículos para The Atlantic.
El robo ha pasado a ser uno de los delitos más comunes en la ciudad. De hecho, la inseguridad y la impunidad en San Francisco ha llegado a ser tan alta, que el año pasado el New York Post comparó la delincuencia en esta ciudad con la de la capital de Venezuela.
“Las tiendas a menudo colocan pasta de dientes y champú detrás de las cerraduras de seguridad, como si fueran productos de alta gama o puntos de venta en Caracas, Venezuela”, escribió Rich Lowry en su artículo, resaltando que el problema está en que las autoridades han decidido que es más importante "evitar arrestar y encarcelar a los delincuentes que proteger a las empresas de los robos y a las personas debidamente empleadas".