Trump se reunió en Mar-a-Lago con el jefe de la OTAN mientras la alianza afronta un futuro incierto

En una reunión secreta, solo revelada por la prensa neerlandesa, el presidente electo Donald Trump recibió en su mansión en Mar-a-Lago, Florida, al jeje de la OTAN, Mark Rutte, un ex primer ministro reconocido por aliados y críticos por su gran habilidad para llegar a acuerdos y coaliciones.

Según un escueto comunicado de la alianza, Trump y Rutte “Hablaron sobre el abanico de cuestiones de seguridad global a las que se enfrenta la Alianza”.

También se informó que el secretario general de la OTAN y su equipo también se reunieron con el congresista Mike Waltz, elegido por Trump para ser su asesor de seguridad nacional cuando regrese a la Casa Blanca, y otros miembros del equipo de seguridad nacional del presidente electo.

Se trata de una reunión crucial para la OTAN y sus Estados miembros, ya que Trump ha sido, durante mucho tiempo, un escéptico de la alianza que ha cuestionado que muchos de los países no paguen una parte justa para participar de la organización y garantizar la defensa mutua entre aliados.

De hecho, durante la campaña presidencial, Trump advirtió en diferentes ocasiones que, si regresa a la Casa Blanca, no defenderá a los miembros de la OTAN que no cumplan con sus metas de gasto en defensa.

“Miren, si no van a pagar, no vamos a protegerlos. ¿OK?”, dijo en un mitin en Carolina del Sur meses atrás.

Se espera que durante su mandato el presidente electo presione a los aliados para que su inversión del PIB en defensa vaya hasta el 3%, en lugar del 2% pactado en 2014.

Rutte, también reconocido por ser un hombre de palabras honestas, tiene la misión de tender puentes con Trump.

El político neerlandés quizás tenga la ventaja de que, durante el primer mandato de Trump, fue ampliamente considerado como uno de los líderes europeos que mejor se llevó el líder republicano entre 2017 y 2021.