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40 fuentes del FBI dieron "información criminal" sobre la familia Biden, revela el senador Grassley

El senador republicano, además, dijo que el DOJ trató de desacreditar las alegaciones como “desinformación extranjera”.

(Cordon Press)

El senador Chuck Grassley, republicano por Iowa, envió una extensa carta al director del FBI, Christopher Wray; y al fiscal general, Merrick Garland; denunciando que docenas de fuentes humanas del FBI entregaron a la agencia “información criminal” sobre Hunter Biden, James Biden y el propio Joe Biden que se remonta a su época como vicepresidente. Además, Grassley denunció que funcionarios del Departamento de Justicia intentaron, en muchos casos con éxito, desacreditar la información transmitida por los denunciantes como “desinformación extranjera”.

De acuerdo con la misiva de Grassley, revelada por primera vez por Fox News, las fuentes humanas confidenciales fueron manejadas por varias oficinas de campo del FBI en todo el país, incluida la Oficina de Campo de Seattle.

No obstante, el senador explicó en su carta que un grupo de trabajo del FBI, dentro de la Oficina de Campo de Washington, torpedeó las investigaciones sobre las denuncias desacreditando falsamente las informaciones transmitidas como desinformación extranjera.

Según Grassley, el esfuerzo de dicha oficina “provocó el cese de la actividad investigadora”.

El senador dijo en la carta que una de las fuentes humanas y sus informaciones fue investigada por múltiples fiscalías de Estados Unidos, lo que demuestra que el grupo de trabajo del FBI desacreditó falsamente a algunas de las denuncias.

“Basándose en la información proporcionada a mi oficina durante un período de años por múltiples denunciantes creíbles, parece haber un esfuerzo dentro del Departamento de Justicia y el FBI para cerrar la actividad de investigación relacionada con la familia Biden”, escribió Grassley a Garland y Wray. “Tales decisiones apuntan a un sesgo político significativo que infecta la toma de decisiones no solo del fiscal general y el director del FBI, sino también de los agentes de línea y los fiscales”.

“Nuestra República no puede sobrevivir a tal infección política y ustedes tienen la obligación con este país de aclarar las cosas”, atizó el senador.

Grassley señaló en la carta que “existe —y ha existido— un esfuerzo entre ciertos funcionarios del Departamento de Justicia y del FBI para retrasar y detener indebidamente la actividad investigadora total y completa sobre la familia Biden, incluyendo pero no limitándose a los FD-1023 que hacen referencia a la familia Biden”.

Los FD-1023 son los informes generados por el FBI para documentar informes confidenciales de fuentes humanas. Uno de los FD-1023 más famosos de los últimos meses, que se basó en información transmitida por una fuente “altamente creíble” del FBI, denuncia que Hunter y Joe Biden fueron sobornados por el magnate ucraniano Mykola Zlochevsky, CEO de Burisma, la empresa de gas donde Hunter Biden fungió como director percibiendo un salario de unos 80.000 dólares mensuales.

Zlochevsky y Burisma estaban siendo investigados por Viktor Shokin, un exfiscal ucraniano que fue despedido por el Gobierno de Ucrania por presiones del propio Joe Biden en su época de vicepresidente. La fuente del FBI dijo que el despido de Shokin estuvo relacionado al supuesto soborno, que fue negado por la Casa Blanca.

De acuerdo con Grassley, en diciembre de 2019, la propia Oficina de Campo de Washington del FBI cerró un caso de cleptocracia “205B” sobre Zlochevsky, una investigación que llevaba casi 4 años en curso luego de que un grupo de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero de la misma oficina abriera las pesquisas.

El momento del cierre de dicha investigación genera suspicacia, porque sucedió justo en medio del primer juicio político contra Donald Trump, relacionado a los negocios de Hunter Biden en Ucrania.

Ya en 2020, el senador republicano reveló que se realizó una reunión de la Oficina de Campo del FBI en Pittsburgh donde se habló sobre los negocios de Hunter Biden y las investigaciones relacionadas.

En marzo de ese año, en esa propia oficina del FBI se abrió una suerte de comisión para analizar la información sobre los Biden proporcionada por el entonces abogado de Trump, Rudy Giuliani, el hombre que filtró gran parte de los detalles de la computadora perdida por Hunter en Delaware. A raíz de las evaluaciones de esa comisión, varios funcionarios del FBI y el DOJ detectaron un FD-1023 del 1 de marzo de 2017 que había sido desechado en primera instancia por el agente encargado.

“Cuando se descubrió ese FD-1023, los funcionarios del Departamento de Justicia y del FBI pidieron al encargado de manejar la Fuente Humana Confidencial que volviera a entrevistar a ese CHS”, dijo Grassley.

Después, cuando se realizó la nueva entrevista, se creó un nuevo FD-1023 en junio de 2020 que alegaba un esquema criminal entre el entonces vicepresidente Biden, Hunter Biden y Zlochevsky.

Por esta razón, Grassley le preguntó a Garland y Wray si el DOJ y FBI habían seguido correctamente la pista de las informaciones o, por el contrario, habían cerrado las investigaciones en silencio.

El senador republicano, además, denunció que los fiscales federales y los funcionarios de la oficina de Pittsburgh estaban muy limitados en sus capacidades para investigar las denuncias porque la mayor parte de su trabajo estaba reducido a la evaluación y verificación de datos. Sin embargo, no podían emitir citaciones u órdenes de registros.

Grassley, finalmente, exigió una respuesta a su carta del FBI y del Departamento de Justicia antes del 17 de noviembre.

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