Se cumplen dos años de la sangrienta tercera guerra civil de Sudán, un conflicto olvidado
A pesar de que se trata de uno de los conflictos más sangrientos del mundo en la actualidad, no se le suele dar la relevancia que merece, ya que los focos parecen estar destinados a la forma en que Israel se defiende de Hamás y otros grupos terroristas tras el 7 de Octubre.

Desplazados sudaneses
El pasado 15 de abril se cumplieron dos años de la tercera guerra civil en Sudán, que hasta el momento ha dejado unos 130.000 muertos y cientos de miles de heridos y ha provocado el desplazamiento de unas 12.000.000 de personas. Además, se estima que alrededor de 730.000 niños sufrieron desnutrición aguda en 2024 y que la mitad de su población vive en una situación de hambre aguda.
No obstante, no es una tarea sencilla conseguir datos fehacientes sobre el conflicto ya que en la zona trabajan pocas agencias internacionales y los periodistas enfrentan duras restricciones para acceder a la región.
A pesar de que se trata de uno de los conflictos más sangrientos del mundo en la actualidad, no se le suele dar la relevancia que merece, ya que queda en segundo o tercer plano, cuando todos los focos de la prensa y muchos Gobiernos parecen estar destinados a la forma en que Israel se defiende de Hamás y otros grupos terroristas tras el 7 de Octubre, la peor masacre contra judíos desde el Holocausto.
El ejército sudanés contra las Fuerzas de Apoyo Rápido
Los dos bandos en conflicto son el ejército sudanés, liderado por el gobernante de facto, el general Abdel Fattah al-Burhan, y los rebeldes de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés), comandadas por el general Mohamed Hamdan Dagalo -más conocido como Hemedti-, quien fue vicepresidente del Consejo Militar de Transición (TMC) tras el golpe de Estado sudanés de 2019, cuando el dictador Omar al-Bashir se vio obligado a dimitir.
Recientemente, un ataque brutal causó la muerte de más de 300 civiles, según estimaciones preliminares de la ONU.
Se trató de un bombardeo de las RSF sobre el campo de refugiados de Zamzam, en el norte de Darfur y próximo a la ciudad de El Fasher, como parte de una estrategia para tomar el control del lugar, lo cual lograron.
Cabe señalar que la región de Darfur tiene una ubicación estratégica, con control sobre algunas de las mayores minas de oro de Sudán y cercana a pasos fronterizos clave.
Unas 400.000 personas huyeron del lugar durante el ataque, incluidos niños, ancianos y mujeres.
La ONU estima que el número de civiles muertos y desplazados seguirá aumentando.
En declaraciones para la BBC, un residente de Zamzam dijo que las personas que trabajaban en la cocina comunitaria fueron asesinadas. Y agregó que los médicos que participaban en la iniciativa para reabrir el hospital también murieron.

Mundo
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Virginia Martínez
El joven de 34 años también sostuvo que algunos familiares suyos fueron asesinados y que no había medicinas ni equipos médicos ni hospitales para ayudar a la gran cantidad de heridos.
Al menos nueve de los fallecidos en los intensos bombardeos eran trabajadores médicos que operaban el último centro de salud activo en el campo. El New York Times publicó testimonios que relataron cómo los trabajadores sanitarios se refugiaron en un búnker, pero las fuerzas RSF llegaron y los asesinaron a tiros.
El ejército sudanés controla Jartum
En las últimas semanas, el ejército sudanés logró una serie de avances significativos, especialmente cuando se hicieron con el control total de Jartum, capital de Sudán.
Las RSF se vieron obligadas a retirarse y concentrar sus esfuerzos en la principal región que aún controlan casi en su totalidad: Darfur, en el suroeste de Sudán, una zona que lleva décadas sufriendo ataques violentos, matanzas y genocidios.
El campo de Zamzam albergaba anteriormente a medio millón de personas, y en los últimos meses de la guerra pudo haber alcanzado una densidad de más de 700.000.
En declaraciones para The Guardian, una miembro del personal de la ONG Preventing & Ending Mass Atrocities afirmó que tenía informes de que había habitantes de Zamzam siendo ejecutados en las calles del campo de refugiados.
En la etapa final de la Administración Biden, el exsecretario de Estado Antony Blinken determinó que las RSF estaban cometiendo un genocidio sistemático y organizado en Sudán.
Un conflicto complejo
Las Fuerzas Armadas de Sudán cuentan con un fuerte respaldo de Irán, que les suministra drones y armamento, de Rusia, que también colabora con armas, Egipto, que ofrece principalmente un apoyo aéreo limitado, y Eritrea.
Por otro lado, las RSF reciben un fuerte apoyo de Emiratos Árabes Unidos por cuestiones estratégicas y un lazo histórico con Hemedti, y de Etiopía, que colabora con los rebeldes para contrarrestar a Egipto y Eritrea.
Asesinatos al grito de "Allahu akbar"
En imágenes publicadas por Reuters aparece un miembro de las RSF armado, amedrentando a tres personas tendidas en el suelo en Zamzam.
También se puede observar a cadáveres sobre el suelo y, entre ellos, a un combatiente gritando "Allahu akbar" ("Alá es grande") en el campo de refugiados.
Además, se ve a combatientes de las RSF asaltando una sede de seguros médicos, se escuchan disparos y aparecen columnas de humo de fondo.
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